ICL MANRESA | unicaja

Dejando Europa aparte

  • El Unicaja, frustrado por la derrota ante el Bayern, visita a un Manresa colista

  • Lesiones y conflictos lastran la zona catalana

  • Hay que recuperar la intensidad mostrada ante el Barça

Dani Díez entra a canasta durante el partido contra el Buducnost.

Dani Díez entra a canasta durante el partido contra el Buducnost. / JAVIER ALBIÑANA

Ganar al Barcelona siempre pone. Más en un Carpena hasta la bandera y espoleado por la épica. Sólo hace una semana de la victoria ante los de Bartzokas, pero la sensación es de haberla logrado hace un mundo. La culpa de ello la tiene una derrota en Eurocup que resultó dolorosa, porque a pesar de competir ante un favorito como el Bayern de Múnich y recuperar terreno a base de parciales fuertes, el equipo dejó mucho que desear en un tercer cuarto aciago. Joan Plaza fue claro desde la localidad bávara, y hoy (19:00) será determinante recuperar la intensidad que se quemó el pasado domingo. El reto estará en fabricarla ante el Manresa, colista de la Liga Endesa y golpeado duramente por las lesiones y el conflicto de Luksa Andric, sancionado por su club.

El Nou Congost es una cancha de gratos recuerdos en la historia reciente para el Unicaja. El dato es contundente: cuatro victorias en las últimas seis visitas. Además, la etapa de Joan Plaza al frente del banquillo costasoleño ha traído una racha positiva en los duelos con el Manresa -antes denominado Assignia, ahora ICL-. Desde octubre de 2013, ambos conjuntos se han visto las caras en seis ocasiones, con un balance de cinco victorias malagueñas y sólo una catalana.

No obstante, hablar del Nou Congost como zona aliada tiene sus peligros. Cierto es que aún no conocen la victoria ante su público y el balance global de la temporada es de un triunfo y ocho derrotas. No obstante, el cuadro dirigido por Ibon Navarro ha plantado cara en los cuatro partidos disputados en casa. Cayó ante el Barcelona con un pobre 50-56, con el Obradoiro por 78-82, frente al Joventut por 81-85 y ante el Morabanc Andorra por 91-93. Cuatro partidos perdidos por únicamente seis puntos o menos, una diferencia que no asegura nada en los últimos instantes.

El Unicaja tampoco pasa por su mejor momento fuera de casa. En el Carpena ya van cuatro victorias seguidas, pero a domicilio no se gana desde 23 de octubre, cuando los de Plaza se impusieron 72 a 73. 2-2 es el balance. Más allá de la victoria en las Islas Canarias y la cosechada en Fuenlabrada (85-98), el equipo abrió la ACB perdiendo ante el Real Madrid (101-90) y cayó con el Joventut (82-79). Es, por tanto, la oportunidad para romper las tablas e iniciar otra dinámica positiva más allá de Málaga.

Buena parte de las opciones pasa por las manos del hombre del momento. El bajón en Múnich afectó a toda la plantilla, pero las proporciones se mantuvieron. Kyle Fogg salió del éxtasis en el que le sumieron los 31 puntos contra el Buducnost y los 29 con el Barcelona -aquel día no le tembló el pulso con los tiros libres y rompió el récord de anotación desde la línea de 4.60 metros, con 23-, pero continuó siendo el mejor de su equipo. Hizo 12 puntos y acabó con 16 de valoración. Fue de hecho el segundo mejor del encuentro, por detrás del MVP alemán Nick Johnson.

No todos los días son domingo, pero el californiano está deseando dar continuidad a su condición de estrella. Con silencio y trabajo se ha metido ya a la grada en el bolsillo. También a un Plaza exigente, quien veía a Fogg "aún al 40%" después de ganar al Barça.

Alberto Díaz seguirá con su respectiva cota de protagonismo. Excelso en liga y correcto en Europa, el malagueño es el ojito derecho de la afición y de Joan Plaza. Pero el exterior no será lo único que mantenga al equipo en el partido. Precisamente en zona interior es donde están los focos puestos, con el regreso de Dejan Musli al Nou Congost. Son los dos equipos que mejor manejan el rebote ofensivo. Por delante el Unicaja, con un promedio de 22.9 por partido; por detrás el Manresa, con 22.1. No obstante, es defensivamente donde mayor es la diferencia. En la localidad catalana no se recuperan aún de la marcha de su estrella. Hoy, motivo doble de sufrimiento, porque Ibon Navarro tiene que subsistir sin el ala-pívot Patrick Auda y sin el croata Luksa Andric. El primero por una lesión en el tobillo, el segundo suspendido de empleo durante tres semanas.

El base Aleksandar Cvetkovic es el otro quebradero de cabeza para Navarro. El checo, aquejado de una condropatía en la rodilla izquierda desde hace varias semanas, no muestra apenas evolución y se duda incluso de su continuidad. Una noticia especialmente negativa, teniendo en cuenta su papel fundamental en la fase inicial del campeonato con un promedio de 11.5 de valoración y 9.5 puntos en una media de 23 minutos por partido. Sólo le queda la recuperación de su pieza clave, Scott Suggs (máximo anotador), para recibir a un Unicaja que pretende ganar sin pensar en el tropiezo europeo.

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