La Mosca fue escenario del segundo partido entre el equipo seniro del CB El Palo y las Leyendas del Unicaja, encuentro a beneficio de La Pollinica. Una mañana festiva en territorio paleño. Se llenó el pabellón y se consiguió el objetivo fundamental, recaudar fondos para la obra social de la cofradía. Y, de paso, se pudo ver de nuevo a jugadores históricos del baloncesto malagueño, todos al mando del maestro de este deporte y de la vida, José María Martín Urbano, que descolgó la pizarra para adiestrar a los Dani Romero, Gaby Ruiz, Rafa Pozo o Pablo Movilla. La victoria fue, como el año pasado para el Unicaja, que venció (65-75). La irrupción de Boni Ndong, que llegó corriendo desde el entrenamiento del primer equipo, donde ejerce de ayudante de Joan Plaza. Y su presencia se notó.

Dominó El Palo, con jugadores de Liga EBA como Juan Vasco, Javi Merás, Chencho Sánchez o el técnico de la cantera cajista Chiki Gil, también paleño. En el primer cuarto vencía el equipo local por 22-11, pero el Unicaja reaccionó para empatar al descanso (31-31). Ahí se produjo un hecho desequilibrante, la llegada de Boni Ndong. El senegalés, que aún no cumplió 40 años, se convirtió en un martillo pilón, con un catálogo de canastas, mates y tapones. Sumó en medio tiempo 17 puntos el pívot, que fue el MVP del partido. Estuvo bien secundado por Carlos Jiménez, actual secretario técnico del club, que se quedó en 15 puntos y que demostró que aún conserva la forma.

Tras el partido se celebró un concurso de triples en el que participaron tres jugadores de la primera plantilla del Unicaja, con Alberto Díaz, Dani Díez y Adam Waczynski. Venció el polaco, que se impuso a Jano Fernández, jugador de edad infantil del CB El Palo que demostró una magnífica muñeca. También participó Rubén Domínguez, el jugador cajista que impactó en la pasada Minicopa. También llegó en la segunda mitad Joan Plaza, procedente del entrenamiento. Contempló el partido al lado de Juan José Navarro, vicepresidente del Unicaja y miembro de La Pollinica, gran impulsor de la celebración de un encuentro con visos de prosperar.