No tardó Nemanja Nedovic en demostrar que sobre la madera es un jugador con pedigrí. Con 20 años veía de cerca en San Francisco a Stephen Curry o Draymond Green, puntas de lanza de la franquicia que domina la NBA en los tiempos que corren. Un lustro antes recibió una de las llamadas que cambia una carrera, la del equipo de su vida. En el momento que el Estrella Roja tocó a su puerta, este imberbe joven de Nova Varos había moldeado su innato talento en el club de su tierra y en el Ascoli Básket, ciudad italiana donde residió mientras su padre jugaba en el equipo de balonmano. Mañana, una década después, el pasado volverá a aflorar en su mente con la visita balcánica.

"Es diferente de los otros partidos, pero hace muchos años que jugué allí. Fue mi primer equipo profesional. Va a ser un poquito más especial, pero es muy importante ganar", desgrana Nedovic después del entrenamiento matinal, a la vez que recuerda sus inicios: "Estrella Roja es el club más grande y mejor de Serbia. Fue un honor que me quisieran. Tenía 15 años y no voy a olvidar ese día".

Nedovic y Milosavljevic se vieron las caras en los feroces derbis serbios en dos años

El escolta, fiel seguidor de los de Belgrado desde pequeño, agradece el hueco que se le hizo cuando apenas poseía la mayoría de edad. "Me dieron la oportunidad con 18 años en el primer equipo. Fue un tiempo duro para el club porque tenían muchos problemas de dinero y de sponsor, pero para mí fue un buen año. Conocí a mucha gente, jugué con muchos amigos. No cambiaría nada", rememora ahora con perspectiva.

Si también habla de duro es porque Partizán, enemigo íntimo del Estrella Roja, bailaba por entonces en la cresta de la ola. Con la Final Four de 2010 aún coleando, su dominio era incontestable en el país de la antigua Yugoslavia. "Fue difícil jugar contra ellos porque dominaban, pero disfruté muchísimo", dice. Hoy es amigo, pero por esos tiempos vivía al otro lado de la trinchera. Milosavljevic tiene reminiscencias más dulces. "Recuerdo cuando ganamos de 40, su equipo no estaba bien en ese momento. Nosotros éramos mucho mejores, pero las cosas cambiaron", comenta Gagi, admitiendo que aún bromea sobre ello con su compartriota. El alero aún paladea al hablar de esa época: "Fue muy bonito jugar en Partizan, jugamos Euroliga, ganamos muchos títulos y fue, a lo mejor, el mejor tiempo para jugar allí".

Una tremenda rivalidad que ambos explican desde dentro. "Es un país de baloncesto y nuestra historia ha sido muy buena. El baloncesto es el primer deporte", asegura Nedovic, que encuentra feedback en Milosavljevic: "No es como aquí, son partidos muy duros. Los fans están más locos y es normal que la gente de Europa no esté acostumbrada a ello". "Aman el deporte y nada más", añade Dejan Musli, el tercer serbio del Unicaja, que también formó parte de Partizán.

Como previa al choque de mañana, los tres aprovecharon el derbi del lunes, que ganó Estrella Roja, para disfrutar como aficionados. "Fuimos a casa de Nedo. Fue divertido verlo. Nedo, por supuesto, después de la victoria estaba muy contento", reconoce entre risas Gagi. "Ahora todo es más tranquilo", admite el anfitrión.

Las tornas en Serbia han virado y el Estrella Roja ocupa ahora el trono. Apilan buenos precedentes en Euroliga y, aunque con tambeleos económicos, han conformado otro plantel competitivo. "Juegan muy buen baloncesto, tienen jugadores jóvenes y con experiencia", advierte Musli, que comparte pareceres con Milosavljevic: "Tienen una gran defensa, jugadores con talento y mezclan jugadores foráneos con serbios. Es un gran equipo, con buen entrenador y con buena estructura".

Celebra Nedo que este primer encuentro no tenga el Kombank Arena como testigo, aunque admite que vendrán al menos medio centenar de aficionados serbios. "Es muy difícil jugar en esos ambientes. Cuando juegan en casa tienen un verdadero sexto hombre. Son un equipo diferente dentro y fuera y espero que sepamos usarlo". Pone el foco el 16 en su potencial individual. "Se han ido muchos jugadores del año pasado, pero llegaron Rochestie, Lessort, Pero Antic y Milko Bjelica, que está jugando la mejor temporada de su carrera", dice mientras pone un nuevo ingrediente sobre la mesa: "Son un buen equipo y luchan. No creo que vengan con mucha presión. Va a ser un partido muy duro".

Con 26 años y un horizonte de retos por delante que tachar, Nemanja Nedovic le guarda especial hueco a uno en su imaginario. "Sería bonito, cada niño que empieza en Estrella Roja quiere acabar en Estrella Roja. Es mi ciudad, mi casa y sería bonito acabar allí. Nunca se sabe cómo va a ir una carrera, que va a pasar en mi futuro. Me quedan muchos años de baloncesto y quiero disfrutarlos" dice el líder del Unicaja a modo de despedida antes de cruzar el túnel de vestuarios y abandonar la pista principal del Carpena.

Nemanja Nedovic posa en el Carpena con dos balones de la Euroliga.

Nemanja Nedovic con Svetislav Pesic, en el Estrella Roja.