La búsqueda del base desequilibrante está siendo complicada. El Unicaja quiere afinar en el disparo porque, como se ha escrito ya, ahí está un salto de calidad respecto a Lafayette. Y ha apuntado a objetivos ambiciosos que, en primera instancia, se han caído. A varios jugadores se les ha trasladado ofertas, pero de momento no ha habido flechazo.

La opción que ganaba más fuerza era la de Bryce Cotton, que la temporada pasada jugó dos meses en el Anadolu Efes y que la acabó en Perth, en Australia. Informaba Gigantes de que Cotton, al que el Unicaja había seguido desde años atrás, va a aceptar la oferta del club australiano para renovar su compromiso por una temporada más. Era la opción más factible que veía el Unicaja, que estaba convencido de que era un jugador que podía explotar en el equipo malagueño y convertirse en un jugador importante a nivel europeo.

También se ha caído la opción Errick McCollum, decidido a aceptar la oferta de China, donde jugó el grueso de la temporada pasada. El país asiático está ejerciendo de actor importante en este mercado porque se está llevando a jugadores de alto calibre de Euroliga (Aaron Jackson, Langford, Scola, Bourousis, Edwin Jackson...) y ello reduce las posibilidades de la Euroliga.

Otra opción que gustaba bastante a los técnicos cajistas es la de Pierre Jackson, que estuviera dos meses la pasada campaña en el Cedevita a las órdenes de Veljko Mrsic. Pero el Maccabi de Tel Aviv ha tomado ventaja.

La opción da apostar por un base sin experiencia en Europa comienza a rondar la cabeza de los dirigentes cajistas. Puede ser un arma de doble filo, pero hay muchos equipos importantes de Europa buscando bases y el mercado no ofrece tal demanda. Y a veces hay que tomar riesgos para acertar.