Unicaja

Un baile de máscaras

  • Tres días antes de la final de la Eurocup, el Valencia y el Unicaja se miden en un extraño partido de ACB

  • Ganar sin mostrar todas las armas, el escenario idílico y, seguramente, irreal

Pasó ya el Carnaval y es tiempo de Cuaresma, pero esta tarde hay un baile de máscaras en La Fuente de San Luis. Un calendario juguetón ha colocado tres días antes del inicio de la final de la Eurocup el mismo partido en la ACB. Para que se dé la coincidencia se ha cumplido una posibilidad entre miles. Pero aunque a nadie le gusta, ni a Valencia ni a Unicaja, ambos lo celebran íntimamente, porque significa que están jugando una final europea.

Clasificatoriamente, en términos de ACB, es un partido bastante importante. Juega el segundo contra el séptimo de la Liga, en lo que sería el enfretamiento de playoff si hoy acabara la Liga. Sucede que hay sólo dos victorias de diferencia entre los dos equipos en la ACB más igualada que se recuerda en tiempo. Pero la sombra de la final emerge de manera indisimulada. Es humano. Como decía Waczynski, "no vamos a jugar muchas finales en nuestras vidas". Y así es, no abundan los partidos definitivos jugados en las plantillas de los dos equipos.

Es baloncesto profesional, no obstante, y hay que hacer un ejercicio de abstracción para ser competitivos. Forma parte del ritual de preparación para la final afinar. El Valencia viene con un subidón de su semifinal ante el Hapoel Jerusalem, al que demolió 72 horas antes en una entregada Fonteta. La rotación se le ha acortado a nueve hombres por las lesiones de Kravtsov y Diot. Vives, que ya echó una mano el miércoles, se recupera de un esguince de tobillo. Al francés, con un edema óseo, se le espera para la final, no así al ucranio, que es relevado en la ACB (no puede jugar la final de la Eurocup) por Mike Tobey, un pívot de 2.13 metros que salió de la universidad la pasada temporada y que ha sido usado en estos días por Joan Plaza como símbolo de que el Valencia sí ficha cuando se le lesionan jugadores, en referencia a Musli. Pedro Martínez, en cambio, enarbola la bandera de Omic, el único nombre propio del Unicaja que ha citado estos días, como emblema de poderío económico y buena gestión del rival. Forma parte del citado baile de máscaras, el elogio del rival en sus distintas facetas.

Las dinámicas son buenas en los dos equipos. El partido del domingo del Unicaja ante el Estudiantes cortó una racha de seis victorias. El Unicaja ha ganado, teniendo el factor cancha en contra, dos eliminatorias de play off con un partido menos que el Valencia. Pero llega ahora un momento en el que habrá tres o cuatro partidos entre dos equipos que pelean por un título capital para el futuro inmediato de los clubes. Y el preámbulo, en otra competición, se juega hoy en La Fonteta.

Si el Unicaja ha menguado su rotación por la lesión de Musli y Oliver Lafayette está apartado de la rotación y ha jugado mejor, el Valencia no se ha caído cuando ha padecido lesiones. Es el prefacio de una novela que puede ser histórica. También tiene su interés.

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