Vivir

Los 101 de la Legión vuelven a deslumbrar

  • La prueba contó con 8.500 valientes que se enfrentaron a un recorrido endurecido en su parte final

  • Aunque el tiempo nublado ayudó, al menos durante los primeros kilómetros

  • La prueba también tiene su apartado social,

El inicio de los 101 kilómetros de La Legión sorprendió a los 8.500 participantes con un tiempo inesperado en la Serranía de Ronda y, aunque amenazó con llover en algún momento, las nubes se terminaron por convertir en un aliado inesperado para los corredores en los primeros kilómetros de la prueba. De hecho, cuando el cielo comenzó a abrir, alguno de los corredores hacía gestos pidiendo que las nubes volviesen a tapar al astro rey, que comenzaba a hacer efecto con la llegada de la cuesta del cortijo El Márquez, situada a la salida del municipio de Arriate, y que es una de las primeras dificultades de consideración a las que tuvieron que hacer frente; aunque el cambio del recorrido hizo este año que fuese un inicio algo más duro.

Todo ello también estuvo precedido del paso por el centro de Ronda, que incluye cruzar la bicentenaria plaza de toros, el Puente Nuevo y la zona monumental de Padre Jesús, un recorrido que tienen la oportunidad de contemplar los marchadores, que no pierden la oportunidad de plasmar su paso por estas zonas, al igual que su paso por la zona de casas-cueva de Setenil, otro de los puntos en los que se concentra una gran cantidad de público para animar a los participantes.

Para ese momento el recorrido ya está lleno casi en su totalidad y los marchadores con más fuerza comienzan a doblar bicicletas, aunque este año los primeros han tenido 30 minutos de ventaja con respecto a los marchadores.

La mecánica de los 101 se encontraba ya a pleno rendimiento y la organización desplegaba todas sus capacidades para atender un recorrido tan extenso, mientras las fuerzas comenzaban a flaquear y la actuación de los servicios sanitarios empezaban a ser más frecuentes, con calambres y hasta vendajes completos en los brazos para evitar los rayos del sol.

En Setenil, que cuentan con un punto de asistencia de fisioterapeutas los clientes se acumulaban y muchos buscaban ganar algo de fuerzas para afrontar la última parte del recorrido, que este año ha sido más dura de lo habitual, con la inclusión de la subida al pico Hacho de Montejaque.

Comenzaron entonces también los momentos de mayor solidaridad, con compañeros que ralentizaban la marcha para esperar a otros que pasaban momentos de flaqueza. "Hemos empezado juntos y vamos a terminar juntos", decía uno de estos grupos. Y mientras los participantes buscaban regular para llegar a la meta en la Alameda del Tajo, en mitad del camino también se mantenía la atención y se despertaba la euforia cada vez que se cruzaban con Súper Paco, como se le conoce a Francisco Contreras, que a sus 80 años sigue siendo una de las estrellas de esta carrera. También los hay que deciden intentar completar el recorrido ataviados con diferentes trajes, entre los que este año se incluía un romano al que no le faltaba ningún tipo de detalle -lanza, escudo y espada incluidos- en su indumentaria.

La prueba también contó con un apartado social, ya que hay participantes que aprovechan la repercusión que tiene esta carrera para mostrar diferentes lemas sociales, pidiendo más investigación del cáncer infantil o la leucemia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios