sanidad

Investigación para mejorar la asistencia

  • Una unidad lleva a cabo un centenar de ensayos clínicos y ofrece los últimos avances en fármacos

La delegada (cuarta por la derecha) y los profesionales del Hospital Clínicos ante la Unidad de Investigación para Fase I.

La delegada (cuarta por la derecha) y los profesionales del Hospital Clínicos ante la Unidad de Investigación para Fase I.

En la parte trasera del Hospital Clínico, entre las Urgencias y la Maternidad, hay una puerta que pasa casi inadvertida. Sin embargo, allí se ofrecen los tratamientos farmacológicos más punteros. "No son el futuro de la Medicina, sino que ya son el presente", según palabras del responsable de Oncología del Clínico y el Regional, Emilio Alba. Se trata de la Unidad de Investigación para Fase I. Allí se llevan a cabo ensayos clínicos con fármacos que están en esa etapa de investigación. Es decir, que ya han demostrado su seguridad en animales y se aplican a humanos para demostrar su eficacia.

Según el jefe de Endocrinología de ambos hospitales, Francisco Tinahones, la amplia mayoría de estos fármacos acaban comercializándose. De modo que pacientes que no tendrían otra opción de tratamiento, se benefician de los medicamentos más avanzados. Desde su puesta en marcha en 2015, la unidad ha tratado a más de un centenar de pacientes en los 25 estudios que han llevado a cabo en ensayos clínicos de esa fase.

"El rendimiento científico de esta unidad está suponiendo un gran impulso por la investigación y por la innovación biomédica en Málaga", dijo la delegada de Salud, Ana Isabel González, tras la visita que ayer realizó a estas instalaciones. Desde la Administración autonómica se destaca la "apuesta" del sistema sanitario público andaluz por la investigación biomédica traslacional, que es aquella de la que puede beneficiarse de forma directa el paciente. El responsable de la unidad, José Manuel Trigo, explicó que los ensayos clínicos son "un paso fundamental" en la investigación y que los estudios son multicéntricos, con otros hospitales de países europeos, Estados Unidos o Canadá. "La puesta en funcionamiento de este tipo de unidades dentro del mismo hospital favorece el impulso de la investigación tralacional dentro de los centros públicos como elemento indispensable para el desarrollo, la investigación y la innovación en Medicina", añadió.

Pero hay mucho más que 25 ensayos clínicos en fase I. Si se contabilizan los que están en marcha en todas las etapas, suman en torno a un centenar. Oncología tiene 80 y Endocrinología, 18. Estas especialidades son las más potentes dentro de la unidad que pertenece al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima). El responsable de Oncología apuntaba que la unidad es líder a nivel andaluz en esta especialidad. "Tenemos unos 350 pacientes en ensayos clínicos y nuestro objetivo es seguir creciendo porque permite ofrecerles tratamientos más novedosos. No puede haber una buena asistencia sin investigación", apuntó Alba.

La clave pasa por individualizar los tratamientos contra los tumores porque ya está demostrado que existen factores genéticos que influyen en los resultados. La unidad trabaja en estrecha relación con el Laboratorio de Biología Molecular del Cáncer que hace una tipificación genética de los pacientes para aplicarle de forma individual el mejor tratamiento para su caso concreto.

Aunque pueda parecer una comparación muy burda, ese tipaje es como si permitiera encontrar la prenda de la talla perfecta para cada persona. Solo que -según este ejemplo- lo que posibilita es hallar el fármaco más eficaz para cada paciente. "Así, vamos directos al tumor con tratamientos personalizados, más efectivos y con menos efectos secundarios", explicó Trigo.

En Endocrinología, se investigan nuevas moléculas contra la diabetes tipo 2 (la que se desarrolla con la edad) que no sólo bajan el peso sino también la glucemia, así como nuevas insulinas contra la tipo 1 (la que aparece a edades tempranas) que tienen un efecto más parecido a la función natural del páncreas. También en esta variante de la enfermedad se investigan tratamientos para que las células que producen la insulina prolonguen su trabajo el mayor tiempo posible y retrasen así el avance de la diabetes. Otro ensayo en el ámbito de la Endocrinología es sobre obesidad mórbida. Dos de cada tres de estos pacientes presentan hipogonadismo, lo que supone una disminución de su actividad sexual y de su fertilidad. El estudio apunta a encontrar fármacos que reviertan esos efectos.

En síntesis, detrás de esa puerta tan discreta se abre un mundo: el de la ciencia, de la que dependen los tratamientos de hoy y del mañana.

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