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Whatsapp de padres, decálogo del buen uso

  • El Colegio La Presentación publica un listado de consejos para que los adultos utilicen de forma responsable y con corrección los grupos de clase

Whatsapp de padres, decálogo del buen uso

Whatsapp de padres, decálogo del buen uso

El lío ha estado servido en más de un grupo de Whatsapp del colegio. Malos entendidos, reiteraciones y mensajes no deseados, críticas, publicación de datos no autorizados e, incluso, insultos a profesores u otros progenitores han provocado problemas de convivencia que salpican al centro. Entonces, esa herramienta que se creó para facilitar la vida de madres -en su mayoría las que llevan esta carga- y padres se transforma en un elemento poco efectivo y cansino. Para evitarlo, el colegio concertado La Presentación ha publicado una quincena de recomendaciones "que padres y madres debieran tener en cuenta para lograr que las relaciones y conversaciones establecidas sean lo más satisfactorias posible".

El departamento de Orientación del centro ha trabajado en la escuela de padres este tema y el pasado martes colgó en su página web las conclusiones, una especie de lista de tareas para el uso correcto de esta red social. "Si queremos enseñar a los niños el uso correcto de la tecnología también nosotros hemos de utilizarla correctamente", explican desde el colegio. Y aunque algunos puntos parezcan obviedades y normas básicas de educación y buen trato hacia los demás, se han destacado porque a veces se incumplen en estos espacios de comunicación virtual.

"No debemos de añadir participantes a un grupo sin consultarles primero", apuntan en primer lugar. Además de estar facilitando un número de teléfono sin autorización, "les obligamos a salir del grupo dejando tras de sí la desagradable frase de "Fulanito ha salido del grupo", comentan desde el colegio. También consideran "poco prudente" añadir a personas que no son familiares, por ejemplo, cuidadores. El resto de padres tendría acceso al teléfono de un trabajador y viceversa. Y piden que se evite "juzgar a quien decida salir del grupo, casi nunca su objetivo es molestar u ofender a los demás".

Si estas cuestiones se refieren a los participantes en el chat, a continuación se explican las que tienen que ver con los mensajes expuestos. "No utilicemos el grupo para cuestiones que no afecten a todos los alumnos", señalan en mayúsculas. Y agregan que no son el lugar para tratar cuestiones particulares y que si la respuestas, sin no le sirven a todo el colectivo, deben de solicitarse en por mensaje privado. Igualmente piden que no se olviden "las palabras mágicas", el por favor y el gracias. "Una petición mal trasladada puede interpretarse como una especie de orden", apuntan desde el centro y añaden que "la educación y el buen trato siempre se agradecen".

"Evitemos las ironías, en las conversaciones que mantenemos por mensajes las ironías no suelen ser bien entendidas", establece también estas reglas de buenas prácticas. También se pide el uso de emoticonos, no su abuso, para "aclarar a los demás nuestro estado de ánimo, una carita sonriente al final del mensaje puede evitar muchos malos entendidos". En esta guía se ruega encarecidamente que se eviten las críticas hacia alumnos o profesores, los comentarios vertidos "bajo estados emocionales alterados" y la publicación de fotos de los alumnos.

"Igual que cada año intentamos educar a los adolescentes en el buen uso de las redes sociales, hemos querido recordarlo a los grupos de padres", explica Melissa Fernández Valero, jefa de estudios de Secundaria y Bachillerato. "Aunque la mayoría sabe hacer un buen uso, otras veces nos relajamos y debe de ser un grupo profesional, no es de amigos, no se deberían de gastar bromas en ellos sino centrarse en transmitir la información del centro, en plantear alguna duda, pero sin que se convierta en una cascada de comentarios", agrega la jefa de estudios.

Para cuestiones concretas o problemas que afecten a un alumno "siempre recomendamos que lo mejor es la comunicación directa con quien corresponda, eso sigue existiendo", apunta Fernández Valero, que subraya que "no está demás que los adultos recibamos este tipo de formación y recomendaciones". Hay veces, sostiene, que aunque las cosas no se hagan con mala intención provocan un efecto indeseado, de ahí que se guarde especial celo con mensajes que quedan escritos y pueden ser "conservados y difundidos por muchas personas". En cuanto a las imágenes de menores, "aunque la mayoría de las familias autorizan su uso a principios de curso, hay padres que son tajantes en su prohibición de que sus hijos aparezcan en redes sociales y hay que tener cuidado porque nos podríamos ver metidos en problemas", indica la jefa de estudios.

Y aunque "no es habitual" que en estos grupos oficiales de clase se insulte o se critique a los docentes, cuando se percibe alguna queja en este sentido son los delegados de padres los que deben de actuar. "Es muy importante que intermedien entre la persona o el colegio o que le pida a la familia que esas cuestiones se traten con quien corresponda", subraya Melissa Fernández Valero. Todo ello repercutirá en la buena convivencia de toda la comunidad escolar. En el inicio de cada curso los tutores trasladan a los padres estas recomendaciones aunque "no está demás recordarlo de vez en cuando".

Una madre comprueba el grupo de Whatsapp de su hijo.

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