Pilar llevó ayer a su hija al CEIP Luis Buñuel. La profesora de segundo de Infantil no secundaba la huelga, pero el colegio estuvo a medio gas. Pocos niños en las filas y aulas con tan sólo cinco alumnos. Rocío, maestra en un centro público de Marbella, se quedó en casa y sus dos pequeñas también. Ella optó por la postura más activa. Elena, docente del colegio Domingo Lozano, acudió a su puesto. Sin embargo, por la tarde participó en la manifestación. En su centro había entre seis y ocho niños por grupo, aunque tan sólo cuatro profesores secundaron el paro. Por el contrario, en el CEIP Ximénez de Guzmán, de Coín, tan sólo acudieron a clase dos niños y el 30% de la plantilla docente. Cada colegio vivió ayer una realidad ante las protestas aunque los sindicatos cifraron la participación de docente en más del 50% y la de estudiantes en el 90%, cifra que coincidió con la aportada por la Junta de Andalucía.

Cinco meses después de la huelga de mayo, la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública y los sindicatos CSIF y ANPE volvieron ayer a rechazar los recortes en el sector y una reforma que se ha redactado de espaldas a la comunidad educativa y que ya ha pasado el primer trámite de su aprobación en el Congreso. Destacaron desde CCOO que la participación de docente superó el 50%, por lo que fue mayor que en la convocatoria anterior. En Infantil y Primaria se notó menos el paro, sin embargo la actividad estuvo prácticamente paralizada en Secundaria, donde la ausencia de alumnos fue masiva. Por ejemplo, en el IES Politécnico Jesús Marín tan sólo un 5% de los alumnos de la mañana asistieron a clase, aunque secundaron la huelga sólo un 10% de los docentes. En el IES Ramón y Cajal de Fuengirola, acudieron menos de la mitad de los profesores y 40 alumnos de unos 900 matriculados.

Dentro de la Universidad de Málaga, también hubo un seguimiento desigual dependiendo de las facultades. Pero sí que hubo una participación muy señalada dentro del Personal de Administración y Servicios (PAS), con un 82%, según fuentes de la UMA. En cuanto a la privada-concertada, tanto CCOO como UGT coincidieron en señalar un 15% de participación del profesorado, una cifra a destacar cuando este colectivo normalmente no secunda la huelga. La misma cifra, un 15% de apoyo a la huelga, se registró según CCOO en el PAS de la Junta de Andalucía.

"Ganamos un 15% menos que en 2010, entre la bajada del 5% y la eliminación de las pagas extras, si a eso le sumamos la inflación el cálculo se te monta en un 20% menos de poder adquisitivo", explicó ayer Encarna de la Chica, responsable de la Federación de Enseñanza de UGT Málaga. "Es para que estuviéramos continuamente en la calle", añadió De la Chica, que destacó que el apoyo social es "bastante bueno". Por su parte, Yolanda Gamero, responsable de Enseñanza Pública de CCOO, quiso subrayar el reconocimiento a la participación de las familias. "Igual que en la anterior, han participado masivamente porque saben que los recortes les afecta directamente a sus hijos, en las becas, las tasas, la falta de profesorado", incidió Gamero.

"Que haya más participación que en la última huelga de mayo demuestra el descontento de los docentes, que va en aumento", agregó la responsable de CCOO. "Cada vez están sufriendo más recortes y un empeoramiento de las condiciones laborales y eso se refleja en una mayor participación", añadió.

María Gracia del Amo, presidenta provincial de ANPE, afirmó que "los profesores se sienten profundamente descontentos y frustrados por la situación del sistema educativo, y han alzado su voz no solamente por la pérdida de sus condiciones laborales sino sobre todo por el perjuicio indudable que esta reforma educativa va a causar en la enseñanza pública".

Desde la Federación de Asociaciones de Padres, Fdapa, se calculó que el 70% de las familias de Infantil y Primaria no llevaron a sus hijos a clase. "Los padres se están concienciando de que la escuela pública que conocen puede desaparecer en un futuro no muy lejano", comentó Pilar Triguero, portavoz de Fdapa. "Además del derecho al pataleo, hay cosas que se podrían matizar en el trámite parlamentario que le queda a la Lomce, aunque no ha habido ni una muestra de diálogo y acercamiento de posturas", agregó Triguero.