Calle Larios

pablo Bujalance /

Auditorio, ¿diga?

QUE sí, que el alcalde quiere el Auditorio. Y no ese chiringuito cutre que pretende instalar en el Puerto Paulino Plata, sino el Señor Auditorio que puso sobre el papel el extinguido consorcio institucional, a levantar en una superficie de 31.000 metros cuadrados en el Muelle de San Andrés, con un presupuesto (el último, al menos, que se fijó; de recuperarse ahora el asunto, habría que incrementar seguramente la cuantía) de 110 millones de euros. De la Torre propone ahora un convenio que integre a la Diputación (ya sabemos, por cierto, las consecuencias directas que tuvo y tiene el coste de La Térmica en la articulación cultural de la provincia, así que es de suponer que este horno no está para muchos bollos), que asegure el suelo contra la intención del mismo Plata de clavar en el mismo una noria como para que se suba King Kong y que mantenga vivo el proyecto hasta que puedan empezar las obras, aunque para entonces se hayan derretido los Polos y haya que construir el Auditorio en Antequera. El empeño del alcalde resulta llamativo, no sólo porque el mismo Gobierno de España liquidara el consorcio y la Junta se lavara las manos como Pilatos, sino porque es el mismo alcalde que ha dilapidado los presupuestos municipales para cultura en museos, obligando a sus teatros a resistir con contratos a taquilla y con programaciones muy por debajo de lo que una ciudad como Málaga merece (especialmente en lo que se refiere a la temporada lírica), el que ahora dice que quiere un Auditorio que ni la Ópera de Sydney. De la Torre vuelve a hacer las cosas en lo que a cultura se refiere desde arriba. Y no estaría más apuntar al hilo un par de cosas.

En la pasada rueda de prensa compartida con Carlos Álvarez, el alcalde llamó la atención sobre las orquestas, bandas y coros que trabajan en Málaga, a menudo integradas por niños y jóvenes, como usuarios y aliados potenciales del Auditorio. E hizo bien. Pero seguro que De la Torre sabe que esas agrupaciones trabajan la mayoría de las veces de manera altruista, sin las dotaciones necesarias, sin los espacios adecuados y sin los equipamientos precisos para que puedan actuar ante sus públicos. Recuerdo cierto proyecto presentado por la Orquesta Filarmónica con estas directrices, en atención a las bases, a llevar a cabo en la antigua prisión provincial de la Cruz de Humilladero, pero ya se sabe que a De la Torre le gustan más las universidades privadas. Y también el mismo Carlos Álvarez llamó la atención sobre la exigencia de calidad que supondría la programación de un Auditorio como el que quiere el alcalde. ¿Hasta qué punto está Málaga dispuesta? Mejor, todos a pintar.

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