El rebalaje

laura / teruel

Se ofrece alcalde

EL baile de pactos a la puerta de los ayuntamientos los degrada a mercados del regateo, donde los que se precian de hacer nueva política esperan la mejor oferta para irse de la mano de los viejos políticos a coger el bastón de mando. El papelón de Ciudadanos y el crecido Cassá puede herir de muerte la reputación a estrenar de una formación que venía dando lecciones de ética. ¡Con lo fácil que era decir que no se querían cargos cuando aún no habían pisado La Casona! Pero como un hobbit de Tolkien, el malagueño de Asturias, en cuanto tuvo cerca el anillo -la alcaldía- se sintió tan atraído por su poder que quiso aferrarse contra viento y marea a su tesoro desoyendo las directrices de su partido y el sentido común.

Todo parecía sencillo tras los malos resultados del vencedor De la Torre, que asumió las exigencias de Cassá sin dudarlo. Incluso la obligación de hacer primarias en el PP a pesar de que tenga poco sentido que se impongan condiciones sobre las cuestiones organizativas de un partido. Pero, conscientes de que el reparto de ediles convierte a C's en una fuerza bisagra, éste se cegó de poder y pasó a ofrecerse al mejor postor y despertar el interés de los socialistas por intentar un complicado acuerdo a cuatro bandas.

A Cassá le valen todos para gobernar, como a Esperanza Aguirre, pero más que caer en el bochorno de ésta aquí parece que se ha pasado de la obsesión por medrar a la bisoñez. No sabría decir cuál de las dos definiciones es menos deseable en un edil. Si verdaderamente se dejó tentar por los cantos de sirena de Bendodo, primero, y Conejo, después, para ser alcalde de Málaga es que, sin duda, el discurso de las líneas rojas que abanderan los de naranja no es más que la cantinela que repetían porque los votantes querían oírla. En ese caso, si le da igual pactar con unos o con otros y piensa que siendo la cuarta fuerza en el Ayuntamiento es la más indicada para presidirlo, sus ansias de poder lo hacen parecer pura casta. Si en la negociación con los populares creyó que en el tablero malagueño iban a sacrificar directamente la alcaldía de la capital para conseguir su apoyo en otros municipios de menor tamaño es de una candidez impropia de un político. Todo parece indicar que, para ser un partido nuevo, traían aprendidos los tejemanejes de la política vieja.

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