En tránsito

eduardo / jordá

Una historia ejemplar

EN Villanueva de la Torre, un pueblo de Guadalajara, un vecino intentó agredir al final de un pleno municipal a la antigua alcaldesa del PP, a la que culpaba de haberle arruinado la vida con toda clase de calamidades (casi todas, me imagino, ajenas por completo a la actividad política de la antigua alcaldesa). Por fortuna, cuatro militantes de Podemos lograron impedir que aquel tipo golpease a la mujer. En estos tiempos de mentiras y montajes, la vida pública no suele depararnos muchas historias ejemplares, pero esta historia lo es y todos deberíamos alegrarnos de que haya ocurrido. Y me gustaría creer que esa acción de los cuatro militantes de Podemos demuestra que todavía hay un resto de cordura entre nosotros, a pesar del resentimiento y la rabia que en estos tiempos de crisis han ido surgiendo entre amplias capas de la población. Y ahora ya sólo falta que la historia también ocurra a la inversa, así que un militante de Vox o del PP proteja -caso de ser atacado e insultado en público- a un militante de Podemos.

Ya sé que se trata de un caso aislado y que lo normal no es eso, sino propagar el odio y la rabia contra los adversarios ideológicos a través de tuits y de toda clase de amenazas verbales. En estos años nos hemos acostumbrado a tensar la cuerda y a usar el insulto como un instrumento más de la lucha política, sin importarnos demasiado adónde podía llevarnos esa espiral de odio incendiario. Y por eso mismo sería bueno que cundiera el ejemplo de esos cuatro militantes de Podemos. Y por cierto, no estaría mal que conociéramos sus nombres, porque todos deberíamos estar muy orgullosos de lo que han hecho esas cuatro personas.

Es muy posible que la Guerra Civil jamás hubiera llegado a suceder, si un día, por un raro azar, unos falangistas hubiesen protegido a unos comunistas durante una pelea callejera, o unos curas hubieran salido en defensa de unos anarquistas perseguidos por la Guardia Civil. Quizá habría bastado que una vez, una sola vez, se hubiera producido un insólito hecho así, para que toda la terrible espiral de enfrentamientos y amenazas se interrumpiera de una vez. Al fin y al cabo, las tragedias no son tan inexorables como creemos.

Por fortuna vivimos una situación muy distinta, pero es bueno que por fin ocurra un hecho insólito que nos demuestre que las cosas pueden ser muy distintas de como nos habíamos acostumbrado a creer en estos tiempos de odio y desconfianza hacia los políticos. Honor a esos cuatro militantes de Podemos.

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