El puchero

Teresa Santos Tsantos@malagahoy.es

El combate por las primarias

SI la democracia interna ha podido brillar por su ausencia en el seno de los partidos políticos en tiempos de bonanza, para qué hablar de lo que puede suceder con esta digna aspiración en momentos difíciles como los actuales.

Los elegidos del PP sacan pecho observando cómo los dirigentes del PSOE además de enfrentar las consecuencias de los ajustes presupuestarios, tienen de lidiar con el descontento de la calle y con el que corre dentro de su propia militancia.

El vicesecretario general del PSOE andaluz, Rafael Velasco, dice estar asombrado de que ex dirigentes socialistas como Carlos Sanjuán pidan que se abra en Málaga un proceso de primarias dentro de este partido para la elección de candidatos a las municipales. Una posibilidad que según Velasco no hay que pedirla porque ya la contemplan las normas internas. Por otra parte, el secretario de Organización del PSOE de Málaga, Francisco Conejo, también ha recordado que para que haya primarias tiene que haber más de un candidato.

Increíble. La dirección del PSOE de Málaga parece no querer enterarse de que garantizar la unidad no consiste en cerrar los ojos a la disidencia o en acabar con ella integrándola en el sistema.

Da la impresión de que esta vez la voz crítica que está poniendo en cuestión los métodos de elección de candidatos no se va a conformar tan fácilmente como en otras ocasiones. Esa voz crítica tiene su alcaldable, Ignacio Trillo, y el tiempo dirá si llegado el momento cuenta con el 20% de militantes que lo avalen. Militantes, ya se sabe, que estén al día en las cuotas.

Visto desde fuera, Ignacio Trillo y el grupo de militantes que lo apoya como candidato es como un grano en mal sitio, que de entrada está resultando incómodo y combativo para una dirección que ya tiene candidata y que parecía no esperar una respuesta en contrario.

Esta situación coloca además a la candidata oficiosa, María Gámez, delegada del Gobierno andaluz en Málaga, en una difícil posición. Tiene que soportar que algunos la miren como la elegida a dedo, que otros digan que es la candidata porque el PSOE no espera ganar la alcaldía y que quienes la conocen bien y están cerca de ella echen chispas porque saben bien que se ha hecho a sí misma, que es lista y que no se merece semejantes comentarios.

Quien sí se ha dado cuenta de la capacidad de Gámez y parece verla claramente como su rival es el alcalde de Málaga, que no pierde ocasión para generar polémica, bien sea hablando de fusiones de cajas o de la valla del puerto.

Al alcalde, que sabe publicitarse, poco le preocupa si coincide o no con el discurso oficial de su partido.

En el PSOE provincial e incluso en el andaluz se echa de menos un poco de arrojo para aceptar con más naturalidad posiciones contrarias a las oficiales. Los contrastes enriquecen a las comunidades, incluso en épocas de crisis.

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