Son momentos delicados, dentro de la buenísima posición en la tabla que tiene el Unicaja vista con perspectiva, en el seno del Unicaja. Hay intentos de cambiar la dinámica de derrotas, no sólo dentro de la pista. Fran Vázquez propuso una comida la semana pasada. Joan Plaza admitía ayer en la Cadena Cope que interrumpió un entrenamiento para llevar al equipo a despejarse al karting de Torre del Mar. Y el propio técnico dialoga con mayor frecuencia esta semana con los pesos pesados del equipo.

Por el despacho del entrenador catalán han pasado varios miembros de la plantilla, con ascendencia en el plantel, para intercambiar impresiones sobre el estado del equipo y el trabajo que se hace. Aumentó la frecuencia de los encuentros en estos últimos días y la interacción es positiva. Plaza desvelaba ayer que tras la derrota ante el Barcelona "un jugador entró en mi despacho y me dijo 'estate tranquilo, que estamos trabajando de puta madre y esto va a salir bien pronto'". Es normal que en las eliminatorias por el título se reduzcan las rotaciones y el entrenador apueste por los jugadores que les resultan más fiables. Aunque en su filosofía siempre intenta aglutinar al máximo posible porque siempre puede necesitar a cualquiera, queda vía libre para ascender en la jerarquía.

El ambiente en el grupo sigue siendo saludable, aunque lógicamente la alegría mengua con las derrotas. Hay incertidumbre con el futuro de algunos jugadores. Es el reverso de no atarse las manos con contratos de más de un año e incluir los opcionales, una vertiente que se agradece económicamente pero que también trae inestabilidad en momentos como el actual, con sólo tres jugadores con contrato seguro (Markovic, Suárez y Fran) y varios con años opcionales o rescisiones asequibles. También el play off es momento para contemplar qué jugadores rinden bajo la máxima presión. Plaza dijo ayer desconocer "con la mano en el corazón" que se hubiera realizado un "movimiento externo concreto" cuando fue cuestionado por la llegada de Edwin Jackson para la próxima temporada. Una gestión bastante adelantada. No tanto como la de Dani Díez ni como la renovación de Granger. "Hemos hecho todo lo posible para convencerlo, pero el poder de las personas que rodean a los jugadores no lo podemos controlar y es muy grande", dijo el técnico sobre el charrúa.