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Málaga bendice otra vez

  • Repetición Como en 2008 antes de la Eurocopa ganada, La Rosaleda acoge el último amistoso antes de la lista definitiva

Cuatro años atrás, febrero de 2008, una muchedumbre recibía a la selección en la estación María Zambrano al grito de "Raúl selección". Luis Aragonés había dado el paso al frente de decapitar al mito de la selección año y medio antes. El 7 de España era entonces Villa. Raúl metía goles, el Madrid se disponía a ganar la Liga y había presión mediática. Justamente se disponía a debutar Bojan Krkic, fenómeno en ciernes que apuntaba a megacrack. 17 años y metía goles a pares con el Barcelona de Rijkaard. No lo hizo, se adujo un ataque de ansiedad. Albelda estaba apartado del Valencia por Koeman. El de Hortaleza le convocó por última vez. "Si no juegas no vendrá a la Eurocopa". No fue.

¿España pasará de cuartos? Era la duda que entonces gravitaba sobre la selección española, que esperaba en La Rosaleda a la imponente Francia de Henry, ya sin Zidane, pero sí con el prurito de ser vigente subcampeona del mundo. Asomaban canas ya en la cabeza de Jeremy Toulalan, que jugó por primera vez en el campo que hoy le venera.

Qué vueltas da la vida. Capdevila metió un gol aquel día que dio la victoria (1-0) y a él, quizá, el carné de lateral izquierdo de la mejor selección española de la historia, la que rompería la barrera de cuartos en aquella memorable tanda de penaltis ante Italia. Y que, despojada de esas ataduras mentales y esos fantasmas, ofreció un ballet en las semifinales ante Rusia con Xavi erigido en Von Karajan. Y que remató alzando la Eurocopa al cielo de Viena ante Alemania. Con gol de Fernando Torres, hoy ausente por primera vez tras más de cinco años por decisión técnica.

Málaga fue también hace cuatro años la sede del último partido antes de que el seleccionador ofreciera la lista para la Eurocopa, como sucede ahora. Entonces dejó bendecida a una selección que regresa cuatro años después, año olímpico y de Eurocopa. Con un Mundial también a cuestas. Impensable aquel febrero de 2008.

España es hoy la referencia mundial en las selecciones. Admirada en todos los confines del mundo por ese juego combinativo. Luis dio con la tecla tras estrellarse, colocó la simiente de un equipo irrepetible al que Del Bosque ha dado continuidad. De la lista que fue a la Eurocopa de 2008 hay sólo la mitad en Málaga. Síntoma de que las cosas han cambiado, sin duda.

Cuando entonces se pedía pasar de cuartos ahora casi se exigen títulos. No se repara en la enorme dificultad que entrañan alzar una Copa. Basta coger el túnel del tiempo y colocarse cuatro años atrás.

Del Bosque ensayó ayer con un once que tenía pinta de titular. Casillas; Iraola, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva, Cesc, Iniesta; y Llorente. Detalles interesantes, Iraola pasa el casting del lateral derecho, Cesc anticipa el relevo que quizá llegue en septiembre con Xavi, se prueba a la pareja de centrales para el próximo lustro (Piqué-Ramos), Jordi Alba oposita al lateral izquierdo y Llorente se prueba como primer espada en la delantera, avalado por una racha goleadora enorme en el Athletic, equipo de moda con cuatro representantes. No están Torres ni Villa. Tampoco Negredo. El gigante riojano ahí está.

Además, hay toque malaguista en la fiesta. Quizá Isco sea el líder de este equipo en febrero de 2016, eso sueña Málaga. Pero hoy, Santi Cazorla en España y Salomón Rondón en Venezuela son los representantes blanquiazules, cada uno en un equipo. Se prevé lleno en La Rosaleda. "Todo el mundo sabe lo que es España. Campeona del mundo y de Europa. Es un honor y una ilusión jugar contra ellos. Sus clubes lo ganan todo y eso habla sobre la magnitud y desarrollo del fútbol que tienen. Están en la vanguardia de la evolución", dice el técnico venezolano, César Farías. Eso es hoy España en fútbol. Y esta noche juega en La Rosaleda.

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