En el sector de las agencias de viaje Ángel García del Valle es un experto. Durante más de dos décadas aprendió el manejo de cada uno de sus departamentos y supo como pocos "vender ilusiones". Pero el negocio familiar se traspasó y, lo que pensó que serían unos meses en dique seco hasta encontrar un nuevo empleo, se han convertido en seis años de inactividad forzosa. En los últimos tiempos su objetivo es otro, reciclarse para intentar apelar a otras opciones laborales. Para ello, cada tarde asiste al curso de Sistema Microinformático y Redes que se imparte en el CPD Santa María de los Ángeles. Él es uno de los casi 4.300 alumnos matriculados en la Formación Profesional para el Empleo (FPE) en Málaga. Reactivada el pasado septiembre después de cuatro años de parálisis, cuenta con 284 cursos en 57 entidades participantes, según las cifras ofrecidas por la Consejería de Empleo.

La mitad de las plazas están dirigidas a jóvenes entre 18 y 29 años con déficit formativo y el 20% reservadas a mayores de 45 años. "Suelen ser segundas oportunidades para gente que en su momento lo deja y por circunstancias variadas vuelve", explica Santiago López, responsable de a Formación para el Empleo en el CPD Santa María de los Ángeles. "Te encuentras perfiles muy distintos, como el del empleado que ha estado 30 años en una empresa, cierra de golpe y se tiene que reconvertir, amas de casa que dejaron de trabajar para dedicarse a la familia y cuando los hijos crecen se ven en la necesidad de hallar un empleo, o también esos jóvenes que la primera oportunidad la desaprovecharon, que encontraron trabajo fácil pero que tan fácil como vino se fue y están volviendo ahora a los estudios", agrega el docente. Y subraya que "estos cursos son una forma de buscarse una opción para aquellos que han estado mucho tiempo realizando el mismo trabajo".

Este instituto, gestionado por una cooperativa de profesores desde los años 80, es el décimo de la provincia en cuanto a volumen dedicado a la FPE. Uno de los cursos, el de Atención Sociosanitaria, que contó con 475 horas, ya finalizó hace algunas semanas. Actualmente imparten otros tres, el de Sistema Microinformático, uno de Gestión Administrativa y otro de Márketing y Comercio Internacional. Y en un mes esperan iniciar un curso sobre seguros y otros de agencias de viajes y guía turístico. Esta formación dependiente de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía cuenta con certificado de profesionalidad y requiere que la última parte de la actividad contenga 40 horas de prácticas en empresas. La duración es variable, algunos superan las 850 horas.

Clases eminentemente prácticas, en contacto directo con la realidad del mercado laboral y con 15 alumnos por grupo. Así se distribuye esta formación de la que también pueden participar trabajadores en activo que tengan disponibilidad horaria para asistir al curso. "Tenemos los cursos llenos, los que faltan son porque afortunadamente les han salido contratos de trabajo, algo que nos viene muy bien como centro porque luego se mide el impacto sobre la inserción que tiene la formación", comenta Santiago López. También destaca que, "al ser cursos con certificados de profesionalidad tiene unos requisitos académicos previos importantes, el curso más básico requiere la ESO o la EGB antigua, pero el problema llega cuando requieren una formación universitaria, ahí es más complicado y hay gente que no puede acceder".

La inserción labora, como afirman desde este centro, depende mucho del curso y apuntan a las ramas sociosanitaria y administrativa como las más demandadas. "Veíamos necesaria la reactivación de los cursos, porque es verdad que en la época más dura de la crisis, cuando más lo necesitaba la gente han estado mucho tiempo paralizados", dice el responsable de a Formación para el Empleo en el CPD Santa María de los Ángeles. "Quizás ha sido necesario que esto pasara para darle una vuelta y me parece estupendo que las acciones formativas estén controladas y que el dinero que se invierte, dinero público, vaya a donde tenga que ir. El problema es que cuando pones tantos requisitos, tantas barreras, esa burocracia complica muchísimo", agrega.

Conchi Luque, Lorena Panes y María del Mar Ortiz son tres alumnas de Gestión Administrativa y aseguran que la formación está cumpliendo sus expectativas. Cada una con distinto punto de partida, el destino que buscan es el mismo, un puesto de trabajo. "Lo que no entiendo de estos cursos es que gasten un presupuesto en formarnos y después no haya casi prácticas y nos echen nuevamente al paro, debían de tener un compromiso de contratación aunque fuese para unos meses", considera Conchi Luque, que está aprendiendo contabilidad, ofimática, atención al cliente, gestión de archivos, base de datos, presupuestos y facturas, programas de nóminas, etcétera. "Es un curso completísimo", opinan las alumnas.

Sergio Boza, que tiene un Ciclo Superior de Administrativo, se forma ahora en la rama informática. "Son más de 600 horas de clase, se da mucho temario y mucha práctica, he estado haciendo otros cursos y no tienen nada que ver con éste", afirma. Lo que le falta, como señala, son más horas de prácticas. "A ver si a través de la profesora empezamos a meter cabeza", espera Sergio, que está casado, tiene un niño pequeño y cuenta ya con casi dos años en el desempleo. Con los 39 cumplidos, aún le queda mucho por recorrer para poder asegurar su jubilación.