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Oposiciones a descenso

  • Saltan las armas con un Málaga plano en un partido a cara de perro

  • Los jugadores han vuelto al bloqueo y los brazos bajados y Míchel anda perdido en el banquillo

  • El Alavés sí dio la talla

Un equipo que no muestra armas ni alma. Un entrenador incapaz de revertir la horrible dinámica. Unos aficionados hastiados y avergonzados. Rivales al alza. Otra partido de la verdad desperdiciado. Los síntomas son de manual. En las oposiciones, hace falta aunar bastantes méritos para llegar a la meta. En el caso del Málaga son deméritos, y a donde conducen es hacia el pozo. Ayer saltaron las alarmas rojas, ahora de verdad. La Navidad para el Málaga va a ser una bola de nieve que ahora mismo empieza a tomar un tamaño preocupante. Y la bala del mercado de invierno no da la sensación de que vaya a ser capaz de reducirla porque los problemas son estructurales y parecen enquistados.

Hay formas y formas de pelear un descenso. El Alavés se dedicó a maldecir los errores de Munir, hasta uno a un metro de la línea de gol con tiro al larguero. Marró ocasiones de todos los colores, pero las tuvo. Las falló, aunque siguió intentándolo. Con Burgui percutiendo, con Pedraza buscando la épica. Lamentando sus imprecisiones, en la desesperación de quien no tiene pólvora pero abrazado a la fe. El Málaga, en cambio, fue el paladín del que está en las arenas movedizas, braceando sin sentido. Farfullando por la apatía de Peñaranda. Con Rolan demasiado alejado de las posiciones de peligro. Viendo a Ontiveros jugar para el escaparate. Dos capitanes, un Manu García vigoroso y comprometido, un Recio desnortado y desesperado. El fútbol no entiende más justicia que los goles, pero los vitorianos fueron la actitud y la aptitud; los de Míchel, puro miedo.

El foco cada vez mira más al técnico, más aún viendo que el relevo en los rivales funciona

El amago de mejoría fue una ilusión; en cuatro días se ha desvanecido. El retroceso hacia los días de incapacidad, el bloqueo y la ausencia de líderes vuelven a ser la realidad. Con casi una vuelta de Liga completada, este lujo ya no se lo pueden permitir los blanquiazules. El foco cada vez apunta más hacia Míchel, incapaz de levantar el ánimo de los suyos y de encontrar variantes tácticas. Ayer introdujo cuatro cambios, pero nada de energías renovadas más allá de las ganas de Ignasi Miquel. Hay buenas maneras en el espigado central y se agradece su afán por dar sentido a la salida del balón. Quedó señalado en el gol por un error en cadena, pero entró en el once pisando fuerte.

Esta vez, Míchel apostó por Kuzmanovic, al que le faltó una bombona de oxígeno para ser más compacto. Sin él, de nuevo la solución fue recurrir a Chory Castro como medio centro. Si el técnico insiste en esa idea, el mensaje de preocupación queda bastante claro: no tiene confianza en los relevos. Porque del uruguayo nada se puede discutir, si bien su fuerte es la velocidad por banda y en el centro su estrella se apaga. La destitución comienza a crecer como una opción posible, más aún viendo que en los adversarios por el descenso esa fórmula está dando éxito.

Urge un cambio drástico, sea con el cambio de entrenador o no. A los jugadores les pesan los pies, las sustituciones no traen ni bríos ni nuevas posibilidades. Las virtudes son guadianescas. De hecho, el Málaga salió a contener al Alavés, en una táctica similar a la de Anoeta. Pero sin colmillo no se puede ganar, menos aún a domicilio. El Alavés fue a romper el cántaro desesperadamente; Pacheco no se tuvo que despeinar. A ratos se mantuvo firme, pero sin profundidad. Perdiendo controles fáciles víctima del nerviosismo, sin nadie capaz de echarse al equipo a la espalda. Desastroso.

El estado de descomposición preocupa sobremanera. Roberto, el mejor de la temporada de largo, pospone los finales dramáticos; sin sus paradas, las derrotas llegarían antes o por más goles. El próximo día 28, en la Junta General de Accionistas, se aprobará la subida de sueldo de los consejeros, de los hijos del jeque. Con una directiva ajena a la amenaza real de un descenso (y lo que puede acarrear), con un entrenador que cree que puede levantar esto pero no lo consigue y con jugadores que no pueden o no se involucran, se acabaron las excusas. La situación es demasiado grave.

Pacheco H

Martín HH

Alexis H

Maripán H

Rubén Duarte H

Tomás Pina H

Manu García HH

Ibai Gómez H

Burgui HH

Bojan, 76' H

Pedraza HHH

Wakaso, 89' s.c.

Munir HH

C. Santos, 83' s.c.

Roberto HH

Luis Hernández H

Baysse H

I. Miquel HH

Diego Gzlez. l

Ricca, 56' l

Kuzmanovic l

Mula, 76' s.c.

Recio l

Ontiveros l

Peñaranda l

B. Bastón, 65' l

Chory Castro H

Rolan H

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