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Y la moto acabó gripada

  • Keko y Jony, que conectaron en su presentación y auguraban un salto de calidad, acaban el año de modo muy discreto, reflejo de lo ocurrido a nivel coral

  • Su relación con Juande, estigma común

Keko y Jony ejemplifican a la perfección la ilusión y el desencanto vividos esta temporada. Su fichaje representó el salto de calidad dado y del que se esperaba más. La temporada comenzó con ambos presentados al alimón en un acto muy sonado que convirtieron en bandera de la esperanza malaguista con una sucesión de divertidos tweets con los que se metieron a la grada en el bolsillo. "Oye Jony, ¿cómo vas a la presentación con el Málaga? ¿Vamos juntos o cada uno por su banda?", escribió el de Brunete. "¿Mejor ir juntos, no? Eso sí, mejor vamos en moto. Nos vemos pronto, crack", le replicó el asturiano. Dos extremos jóvenes que venían de dar un gran rendimiento. Y que han completado una temporada muy discreta. Con su mensaje desbordante y sus malos números empezó y se cerró la campaña.

Sin duda, son la semblanza de un curso en el que la expectativa acabó convirtiéndose en un listón que se cayó encima. A ellos también, aunque por motivos diferentes. Keko venía después de completar una temporada muy buena en el Eibar y ser uno de los extremos derechos con más desborde de la competición. El Málaga pagó cinco millones de euros por él tras un intento en vano seis meses antes en la ventana invernal. De Jony se puede afirmar sin ambages que fue uno de los pilares del milagro del Sporting para la permanencia; en las últimas semanas se echó el equipo encima y con goles y asistencias vivió, en la última jornada, otro día de protagonismo para sellar la salvación rojiblanca. Por él no hubo desembolso, sino una gran labor de anticipación que permitió al Málaga llevarse a coste cero a uno de los mejores extremos zurdos de la competición por delante de otros clubes que ofertaron tarde por él.

Los goles, asistencias, regates y centros que acreditaban prometían dar unas posibilidades de ataque tremendas -juego por banda, centro, desborde, diagonales hacia el interior-, pero habrá que esperar al menos a la temporada que viene para ver lo mejor de ellos. Su año fallido es el del Málaga y el Málaga el de ambos. Por ello, tanto el club como los dos centrocampistas confían en que el peaje pagado sirva para dar un salto de calidad en su rendimiento el próximo año.

Ambos están plenamente adaptados a la ciudad y el vestuario. Les encanta Málaga y el Málaga. Y esperan que de la mano de Míchel y de todo lo vivido puedan ofrecer su mejor versión. El lastre para Keko comenzó cuando salió a calentar en la segunda parte del encuentro ante el Betis en el Benito Villamarín, allá por septiembre. Una rotura de fibras en el sóleo mal gestionada por el futbolista y los servicios médicos le obligó a perder tres meses de competición y a empezar de nuevo. Tanto, que comenzó a entrar en dinámica en la segunda vuelta. Tuvo un comienzo prometedor ante Osasuna, pero no terminó de cuajar. Apenas mil minutos, ningún gol y tres asistencias componen su historial del curso.

Jony no tuvo problemas físicos, pero sí emocionales. Que comenzaron seriamente cuando Juande Ramos los suplió en la primera parte del partido ante el Sporting. Era la primera vez en su vida que se enfrentaba al conjunto de sus amores, con muchos miembros de su familia y amigos en las gradas de La Rosaleda viéndole. A los 35 minutos, con el Málaga perdiendo, decidió retirarle en busca de una mejora táctica. Aquella sustitución lo hundió hasta el punto de que no levantó más cabeza. Sus números mejoran los de Keko, dos goles y un par de asistencias en más de 1200 minutos, pero también con trazos muy irregulares. De manera simbólica, cerró su herida firmando el 2-0 al Barcelona en el mejor encuentro de la temporada del equipo.

A ambos les queda la herida de la falta de continuidad con Juande, con el que además nunca hubo buen feeling. Con Míchel cambia el escenario. Hablan más y el madrileño les ha puesto deberes para el verano: volver con ganas de ser decisivos. Y así se lo tomarán. Por lo pronto, la moto está en el garaje. A priori, ya está arreglada, aunque tocará echarla a correr a partir de agosto con el bagaje que se supone que han ganado en un club donde la exigencia es mayor que en el Eibar y el Sporting. Si ellos están bien, el proyecto levantará cabeza con ellos.

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