Los presidentes de los bancos centrales de la Eurozona y EEUU, Christine Lagarde y Jerome Powell, han coincidido esta semana en enviar señales que apuntan a la proximidad de una nueva fase de relajación monetaria. Así, la presidenta del BCE señaló que espera que para la reunión de junio ya tenga una información clara sobre la evolución de la inflación, mientras el presidente de la Fed señaló que están muy cerca de tener la confianza plena en que la inflación está en una senda compatible con el objetivo del 2%.

Las expectativas de un próximo proceso de rebajas de tipos están provocando movimientos en los mercados que reflejan la búsqueda de alternativas para la liquidez, que se había refugiado en activos que se beneficiaban de los altos tipos de interés. Entre ellos destaca el fuerte repunte que ha experimentado el oro en las últimas semanas, alcanzando nuevos máximos históricos por encima de 2.100 $/onza. Uno de los factores que influyen en el precio del oro son los tipos reales, y las expectativas de su reducción están impulsando al metal precioso junto a otros factores como las compras de los propios bancos centrales para diversificar sus reservas.

Los mercados de acciones también reaccionaron positivamente a estas declaraciones, que implican una mayor certidumbre de que los tipos van a empezar a bajar, y los principales índices de Europa y EEUU han alcanzado nuevos máximos históricos esta semana. El mensaje de los bancos centrales de que la inflación está casi controlada y que los tipos van a relajarse refuerza la confianza en un escenario de crecimiento sostenible, que es el factor clave detrás de las recientes subidas de las bolsas.