Club Dumas

salvador Merino

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CON este sugerente título se inauguró la semana pasada la web del Ayuntamiento de Madrid en la cual se desmiente y matiza lo que publican los medios. Curiosa forma de decir a todos lo que deben escribir, pero sin derecho a réplica. Esperemos que esto no sea el preámbulo de un magazine tipo Alo Presidente, donde Hugo Chávez desmentía, matizaba y fulminaba toda crítica, y seguidamente dictaba como debían pensar los venezolanos.

Cuesta creer que un partido como Podemos, surgido en su mayoría del ámbito universitario, haya optado por líneas tan totalitarias desde su llegada al poder. Sorprende que la Universidad, cuna del pensamiento crítico, de la diversidad de opciones e ideologías y, como su nombre indica, del conocimiento universal, pueda albergar también tendencias de pensamiento único, de negación del contrario y de falta de libertad. Conviene recordar que la riqueza de la Academia nace de la diversidad de pareceres y de las ideas contrapuestas, y en ella tienen lugar tanto el comunismo intelectual como la socialdemocracia o el liberalismo. Por ello esas derivas poco participativas debieran ser olvidadas, ya que recuerdan más a otros tiempos de la censura mediática. Aunque, como decía el dramaturgo alemán, Friedrich Hebbel: No hay censura que no sea útil, porque cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores.

Tengamos en cuenta que estás técnicas de decir a la población como debe pensar o a qué debe temer no son nuevas. Sirva como ejemplo que, durante varios siglos, al General de los jesuitas, los reyes, nobles y demás coetáneos lo denominaban el Papa Negro y lo trataban de relacionar con el lado oscuro de la Iglesia. Hoy día tenemos por primera vez un Papa jesuita y, tanto creyentes como no creyentes, se sorprenden por su estilo, su desprendimiento y su cercanía, siendo un soplo de aire fresco al mundo. Por tanto, parece que ni el Papa era tan negro ni sus mensajes tan oscuros, desmontando estos prejuicios centenarios.

Probablemente haya sido el ansia por llegar al poder lo que esté llevando a estos políticos a tantos errores en tan poco tiempo. Pero esto puede provocar un éxito efímero que dañe todo lo logrado en nuestra democracia. En el fondo los gobernantes siempre responden a dos tipos de liderazgos: los líderes que vencen, y protagonizan una legislatura, y los líderes que convencen, y esos son los que escriben la historia.

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