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Espíritu de remontada

  • "Málaga no se rinde", el lema que expande el Unicaja para crear el caldo de cultivo para forzar el tercer partido en Valencia

  • La decepción duró pocas horas

La plantilla del Unicaja hace piña tras ganar la semifinal ante el Lokomotiv.

La plantilla del Unicaja hace piña tras ganar la semifinal ante el Lokomotiv. / javier albiñana

El Unicaja ha canalizado rápidamente la frustración tras perder el primer partido de la final de la Eurocup en rabia y ganas de forzar el tercer partido. En temas emocionales es complicado el equilibrio. Una sobreexcitación puede llevar al caos, pero da la sensación de que la manera de tumbar al Valencia Básket es conjuntar corazón, ardor y agresividad. Cada vez quedan menos ladrillos en pie del muro taronja, que resiste. El juego poco a poco se ha equilibrado. Hace dos meses la distancia era sideral entre los dos equipos, como marcó esa derrota por 26 puntos en La Fonteta. Los dos últimos partidos en el pabellón valenciano han convencido, pese a las derrotas, al Unicaja de que no es inabordable el Valencia, que celebró la victoria sobre el equipo malagueño casi como el título final.

En el vestuario cajista, tras el partido, había frustración, pero tras dormir, lo poco que se puede tras un partido, había viento de libertad y sangre combativa, que cantaban los Fabulosos Cadillacs. Plaza, al que en el último mes y medio se le ve con la actividad y las ganas de cambiar el mundo del inicio de su etapa en Málaga, quería mandar un mensaje de aliento y no lamerse heridas. "Yo no me rindo (I don't give up). ¿Lo vas a hacer tú? Nos vemos el viernes en el Carpena", era el concreto alegato del técnico catalán a la afición cajista. Rápidamente se extendió como la pólvora por las redes sociales y el gesto de la 'eme' con sus manos encontró réplica.

El Unicaja ha logrado equilibrar el nivel físico que exige el equipo valenciano

La onda expansiva para que el Carpena sea un torreón infranqueable mañana se ha garantizado. Hay convocatoria para recibir al equipo a las 19:15 horas en las pistas de pádel del Palacio, por donde jugadores y técnicos acceden a los vestuarios. El equipo ha percibido en este último mes el cariño de la afición. La salida para La Fonteta estuvo precededida de los vítores de los 55 valientes que llegaron a Valencia tras 10 horas de autobús. Para ellos ya tuvieron un recuerdo Joan Plaza y sus jugadores antes del partido. Mañana la marea verde se multiplicará.

Más allá de lo simbólico, hay detalles concretos, baloncestísticos, para pensar en que el Unicaja puede ganar al Valencia Básket. Ha conseguido competir contra, no lo olvidemos, el líder de la ACB y el vigente subcampeón de Copa. El Unicaja va erosionando esa muralla sin que caiga. Al final, resumiendo de manera sucinta, el Valencia ganó porque su estrella metió dos triples en los dos últimos minutos cuando hasta entonces se le había contenido de manera admirable por medio de un Omic que, incluso, llegaba a pedir que no hubiera ayudas porque se sentía capaz de detenerle. Pero es cuestión de talento, no sólo de pizarras. Y el bueno del Unicaja, Nedovic, no estuvo en una versión súper, desequilibrante. Pónganle dos triples del serbio en vez de los del montenegrino y la historia cambia. Por eso el baloncesto, aún, es de los jugadores.

Pero los demás detalles del juego se van igualando. El Unicaja no tiene, sin Musli, una fuente generadora de juego y puntos cerca de la canasta. Pero a cambio ha crecido la agresividad defensiva, se ajusta mejor. El Unicaja recibe en los últimos nueve partidos que ha disputado una media de 68.8 puntos cuando durante toda la temporada ha estado mucho más cerca de los 80 que de los 70 puntos encajados. El Valencia es un equipo tremendamente sólido, que rara vez se va de los partidos, no encaja parciales grande. Los dos que pudo endosar el Unicaja en La Fonteta fueron respondidos rápidamente para meterse en partido.

Queda la duda sobre si el Valencia se ha despojado de presión al ponerse 1-0 y puede venir más liberado a Málaga. Pero físicamente el Unicaja parece fresco, también de mente, con ganas de combate. La parte positiva es que el nivel físico del rival ya se aguanta. Y es un buen punto de partida. Las incorporaciones de Viny y Lafayette a la rotación, algo inesperado, dan alguna pieza más que un Valencia que su entrenador admitió que estaba "cansado" tras el partido. El reparto de fuerzas previo puede venir bien para un tercer partido. Pero antes hay que solventar el segundo. El Carpena alcanzará cotas máximas de combustión para construir el espíritu de remontada. Así bautizó José Luis Llorente, ex jugador internacional, un libro de ayuda para solventar situaciones adversas, en el baloncesto y en la vida.

"Me da igual jugar mal o no, lo que quiero yo es levantar la Copa el miércoles en Valencia. Por supuesto, vamos a ganar, si vamos pensando, con dudas, nos van a volver a ganar ellos. Vamos a ganar, por supuesto, somos mejor equipo en ocasiones que ellos, pero debemos demostrarlo más minutos", fue la contundente arenga de Carlos Suárez desde los mismos vestuarios de la Fonteta. "Málaga no se rinde", sentencia Plaza.

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