Calle Larios

pablo Bujalance /

La voz de su amo

DESPUÉS de cinco años de infructuosa búsqueda de soluciones para el Astoria (ninguno de los proyectos barajados daba la talla según el criterio nuestro alcalde, pero ¿cuál podría darlo después de pretender algo tan rinbombante como un Museo de Museos, lema que ni el mismísimo Jesús Gil llegó a olisquear siquiera en sus desvaríos más febriles), todo apunta a que Francisco de la Torre aboga por un concurso de ideas para terminar con uno de los testimonios más lamentables de la especulación urbanística en Málaga. Y el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, empleó una expresión harto significativa: "Es hora de escuchar las buenas ideas que pueda tener la gente". Dado que semejante gesto se produce un lustro después de que el Consistorio decidiera agarrar la sartén por el mango, cabe concluir que, con su comentario, Pomares viene a admitir que a la municipalidad ya no se le ocurre nada (dentro de lo posible, quiero decir: tampoco quedaría mal un parque temático dedicado a Tolkien para hacerle la competencia a la Casa Natal de Picasso) y que, bueno, ahí lo llevan ustedes, a ver si alguien es capaz de sugerir algo. O, lo que es lo mismo, el Ayuntamiento viene a probar esta modalidad de despotismo ilustrado, oigamos la voz del pueblo, aunque al final se hará lo que se tenga que hacer. Sí, será interesante atender a lo que quien quiera y pueda tenga que decir. Pero, ¿no habría sido interesante también hace cinco años? ¿No es interesante siempre? ¿Por qué la gente tendría algo que decir ahora, y no antes? Es curioso, pero el Consistorio pone como condición sine qua non que se construya algo sobre el solar que ahora ocupa el edificio. Y, no sé, cada vez me parece más sensata de ganar el sitio a la Plaza de la Merced.

Quién sabe: tal vez la gente tendría algo que decir sobre Tabacalera, donde ya ha quedado demostrado que lo de Art Natura fue una idea nefasta, lo del Museo del Automóvil fue una idea fallida y lo del Museo Ruso es una idea que despierta no pocas dudas. Esa misma gente es la que ha dicho lo que querría ver en la antigua cárcel de la Cruz de Humilladero, y la verdad es que lo que los vecinos han reclamado no representa nada fuera del sentido común, por más que el Ayuntamiento preste más oídos a jóvenes artistas emergentes para un proyecto que nadie (incluidos sus promotores) sabe muy bien en qué consiste. Claro que, cuando se pidió opinión a la gente para articular el proyecto de la Capitalidad Cultural de Europa en 2016, usted y sabemos dónde fueron a parar aquellas aportaciones, y el ridículo que hubo que soportar después. En fin. Habla, amo, que tu pueblo escucha.

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