Los largometrajes malagueños no sólo se han hecho hueco en la Sección Oficial del certamen en esta edición. También en la Sección Premiere, fuera de concurso. Es el caso de Devoción, producida por el también cineasta Ezekiel Montes y rodada íntegramente en Málaga. Su director, el catalán Rafa Russo, ha puesto delante de la cámara a la actriz malagueña Elena Martínez y al actor argentino Joaquín Furriel para crear un drama, con tintes de thriller psicológico, sobre la verdad, la mentira, la culpa y los límites que se traspasan en nombre del amor y del deseo. 

Fernando es un sacerdote preso por el presunto homicidio de una mujer, madre de un alumno de su colegio y con la que mantenía una relación sentimental rompiendo múltiples preceptos del catolicismo. Ruth es una compañera del centro educativo que se enamora de él y que "hace de su defensa y absolución una cruzada personal", como reza en la sinopsis. En la sala de bis a bis, entre sus conversaciones, sus recuerdos, sus miradas y silencios, se irá tejiendo una historia que juega a llevar al espectador de uno y otro lado en busca de la verdad.

Joaquín Furriel, que ya había rodado con Rafa Russo El año de la furia, comenta que "el trabajo interpretativo tiene que ver con el diálogo con los directores y nosotros ya tenía bastante allanado ese camino porque nos conocíamos. Para Furriel, "uno de los atractivos que tenía el personaje era la dualidad de pensamiento y ahí es donde Rafa me fue guiando, empecé a entender que lo que él quería para la película es que no estuviera todo muy claro, en cuanto a las pulsiones del personaje". 

Agrega el argentino que "es un personaje que tiene una estructura moral construida desde el catolicismo, que fue seminarista y sacerdote, pero a partir de un vínculo que tiene en el pasado eso se empieza a resquebrajar. El homicidio que lo lleva a la prisión también guarda un misterio". Para Furriel "es una película autoral, de vínculos, pero la estructura es un thriller psicológico, así es como yo lo percibo al menos". 

La actriz Elena Martínez destaca que "el juego" del cineasta era que "no estuviera claro nada". "Es una película que tiene pocos elementos externos, prácticamente son solo dos personajes, así que el director quería que el viaje se fuera conociendo a través de los personajes, de la relación de ambos, de la que tienen consigo mismos e ir descubriendo todas las capas, porque no son para nada personajes sencillos, simples o planos. Ni siquiera ellos mismos tienen claro lo que son o lo que sienten", subraya la protagonista de Devoción. 

La complicidad entre ambos personajes se construyó en dos intensas semanas de ensayo previas al rodaje. "Para mí era toda una experiencia. Cada uno de nosotros tenemos una identidad cultural, un recorrido en la vida, una manera de entender las palabras, las emociones, no es lo mismo nacer en Málaga que nacer en Buenos Aires, o formarse interpretativamente en un lugar o en otro", destaca Furriel en la terraza del AC Málaga Palacio.

"Y teníamos dos semanas para que un director catalán con una actriz andaluza y un actor argentino pudiera contar esta historia. Entre los tres empezamos a encontrar nuestro propio ámbito, también fue una experiencia de sumar esas particularidades", relata Furriel, para el que Andalucía "es una tierra muy física, se percibe en la calle como la gente habla, se expresa, de una gran espontaneidad, así que el trabajo de esas dos semanas previas al rodaje sirvió no solo para entender los personajes y sus vínculos, sino también para ver cómo Elena y yo hacíamos una película dirigida por un catalán". 

Destaca Elena Martínez que el título de Devoción, más que por la vinculación religiosa de Fernando, puede deberse a la que siente ella por el sacerdote. "Es totalmente devota suya, de ahí que esté dispuesta a todo lo que da por el que considera el amor de su vida", señala la actriz. 

A propósito de esta "producción cien por cien malagueña", Martínez considera que todavía cuesta romper esas barreras del sector entre Madrid y Barcelona y el resto del territorio nacional. "Obviamente talento tenemos a espuertas, exportamos talento desde siempre, actores, técnicos… pero nos falta más tejido industrial en la ciudad", apunta Martínez. "Llegará, porque yo creo que es la consecuencia de ese talento y del territorio que tenemos, en cuestión de infraestructuras, tiempo, calidad, paisajes, tenemos playa, paisajes, desierto, montañas, nieve, es un plató de cine natural, creo que llegará pero nos queda un largo camino por recorrer", sentencia. 

En cuanto al Festival de Málaga, Martínez destaca su apuesta por la industria. "La parte del mercado para las películas es muy importante y este festival maravilloso lleva años apostando por ello y luchando para que haya una industria en la ciudad, aunque todavía nos queda para lograrlo", concluye.