Análisis

nacho artacho

A pase de Didí

Las gestas de Mané dos Santos tuvieron cantores de altura y un público entusiasta

Entre los pocos placeres que Alcides Ghiggia se permitió en la vejez, ninguno como conceder entrevistas de modo compulsivo. En todas ellas se proclamó integrante de un curioso triunvirato: el de los hombres que alguna vez consiguieron silenciar el estadio de Maracaná. Del impacto causado por Juan Pablo II y Frank Sinatra apenas se conservan tres o cuatro testimonios prescindibles. El gol del uruguayo, en cambio, sigue produciendo desvelos y monstruos en las noches del Brasil.

La tarde del desastre, mientras el país entero pierde la inocencia frente al televisor, un hombre pesca ajeno a las tristezas. Es libre, puro y feo, como los pájaros del Mato Grosso que persigue con el tirachinas. Fuma desde los diez años y arrastra las secuelas de una poliomielitis que lo dejará zambo sin remedio. Con estas credenciales se presenta Mané Garrincha en el entrenamiento de Vasco da Gama para convertirse en jugador de fútbol. De lo que no se acuerda es de llevar las botas.

Si la medida de un héroe la da la narrativa que genera a su alrededor, las gestas de Mané dos Santos tuvieron cantores de altura y un público dispuesto a multiplicarlas por el continente. Vinícius de Moraes lo detuvo para siempre en el imaginario colectivo como el ángel de las piernas torcidas. Zitarrosa superó las rivalidades regionales y se rindió a aquel hombrecillo contrahecho en un candombe cuyo primer verso justifica por sí solo el género y el fútbol: "La lleva atada al pie, como una luna atada al flanco de un jinete".

Para que funcione y perdure en el tiempo, la epopeya exige alguna grieta en el carácter heroico del protagonista: es el talón, y no Homero, el que construye a Aquiles. De fisuras, Garrincha andaba sobrado. En 1980, una carroza lo paseó por el sambódromo de Río y las dejó todas al descubierto. Consumido por el alcohol y los antidepresivos, saludaba a la muchedumbre mecánicamente y sin conocimiento. Había empezado a ser literatura.

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