Mar de fondo

julián Molina

Concurso de acreedores

ESTO de las campañas está muy bien si uno no se lo toma demasiado en serio, y se ríe con sus cosas y sus gracejos. Bendodo, por ejemplo, dice que Susana "se cree la última Coca-Cola en el desierto". O Susana, que decía el lunes que ahora que va a ser madre se da cuenta de lo difícil que está el mercado laboral. No me digan que no es para comérselos. El problema viene, eso sí, si te agarra un arrebato de seriedad y europeísmo y te da por mirar, por ejemplo, las listas de los partidos por tu provincia, que es lo que supuestamente tienes que votar.

Te da por curiosear y en la lista del PP por Málaga está Celia Villalobos. ¿Qué nos quieren decir exactamente con esto? ¿Qué? Moreno Bonilla, que insiste en que es "nuevo", encabeza la lista que cierra De la Torre. ¿Es "nueva" una lista con Villalobos y De la Torre? También nos encontramos a Garrido Moragas y Mariví Romero, ¿puede haber dos personas con menos en común? ¿Y qué quiere decir que Bustinduy y Alonso estén en la lista del PSOE? ¿Que el tiempo pasa volando? ¿Que en cuanto te descuidas te han caído veinte años? ¿Qué?

Y es que las listas las hacen en clave interna, no para sus destinatarios, los votantes. Es una fila, de pedigüeños, más que una lista. Un concurso de acreedores, más que un concurso de ideas. Y eso rompe la cadena de la representación. Uno no tiene la sensación de estar eligiendo en preciso a nadie, porque vota a un paquete con un montón de extraños paracaidistas, y casi alienígenas. Y con ello se rompe también la responsabilidad del votante, si alguno de estos señores luego hace una tropelía, ¿nos hemos de sentir responsables? Uno siente que ha elegido una marca, un algo, pero nunca en preciso a la persona que mete la mano en la caja. Mengano ha robado tantos millones, sí. Pero yo no puse allí a Mengano, yo voté a su partido, que es el responsable. Y el partido naturalmente se lava las manos.

Pero es que encima no quieren que los veamos a todos por igual, aunque los tenemos que votar a todos por igual, empaquetaditos en su fila. Si no son todos lo mismo, ¿por qué no me dejan distinguir, elegir a unos sí y a otros no? La base de una lista cerrada es precisamente que son todos iguales, desde Garrido a Romero, desde Bustinduy a Alonso. Y si no nos dejan discriminar ahora, al menos no se quejen si luego tampoco lo hacemos.

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