Al margen

Ramón Triviño / Almargen@malagahoy.es

Cuestión de peso

COMO se venía sospechando, Salvador Pendón, presidente de la Diputación e ideólogo del denominado clan de los catetos no se deja amilanar por los desaguisados que en su entorno se han venido sucediendo, uno tras otro, desde tiempos que se antojan inmemoriales. El último el de la Universidad a Distancia (UNED) en el que se ha visto inmersa una señora profesora, con una imagen ciertamente entrañable, me recuerda a las hermanas de mamá, pero que debería haber sopesado la inoportunidad de acceder a un cargo, aunque sea académico, después de las denuncias de presunto enchufismo lanzadas por su predecesor, siendo ella la hermanísima de quien es. Con estas formas hay caso, aunque no lo hubiera.

Decía que Pendón no se nos arruga, probablemente porque su realidad es distinta a la nuestra, que no ha sido formateada por una pléyade de asesores. Esta debe ser la razón de que, ante la evidencia de que la compañera Marisa Bustinduy pierde peso, él se apresure a mostrarse como el sucesor de la cosa y, en contraposición trata de coger más peso, supongo que pensando ya en los procesos pre congresuales que llegarán para la próxima primavera.

Así, por ejemplo, algún malintencionado interpreta el fichaje, por supuesto que en calidad de asesor presidencial, del compañero José Luis Cámara como forma de pago del frustrado intento de hacerle la pirula en la agrupación Centro al astuto Rafael Granados. Unas 30 fichas dicen que le intentaron colocar al maestro de muñidores.

Se trata de ir sumando, pasito a pasito. Porque Pendón y su equipo suman, alguno con más dificultad que los demás, todos los días, a sabiendas de que los traidores, perdón, quise escribir opositores, también lo hacen a diario y por todos los rincones de la provincia, y comen, y conspiran y negocian y miran al futuro con un halo de esperanza en sus corazoncitos.

No como Bustinduy, que se siente tirada a los pies de los caballos. Al menos éste es el mensaje que transmitió a cuantos la quisieron escuchar cuando hace unos días viajó a Sevilla para participar en la reunión del Comité Director del PSOE-A encargado de bendecir las candidaturas de las diferentes provincias andaluzas.

La secretaria general de los socialistas de Málaga está dolida por verse postergada en la lista de las autonómicas después de que el mismísimo Manuel Chaves la hubiera ungido, aunque fuese de modo virtual, como cabeza de cartel.

Pero claro, a la vista de los resultados de las asambleas, lo contrario hubiera sido echar leña a un volcán. Ella piensa que no, que es cuestión de talante, de ese talante que tanto abunda por los madriles pero del que carecen tanto Chaves como Luis Pizarro. Debe ser.

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