Esta semana, coincidiendo con la celebración de Fitur, Facebook me recordó que, en otra edición de Fitur, a los habitantes de Rincón de la Victoria, y población mundial en general, se nos anunció la instalación de un parque, uno guay.

ERA GUAY.- Porque no era un parque normal, era un puñetero parque temático inspirado en El Señor de los Anillos. Imaginen la cantidad de frikis que empezaron, empezamos, a salivar pensando en elfos, enanos, trolls… Me tenía mi vecino la cabeza como un bombo.

EN FITUR.- No sólo se presentó de palabra, no. Un puñetero power point donde se señalaba qué iba y dónde iba cada cosa en ese parque, incluso actores disfrazados para la ocasión posaron en Fitur que yo lo vi con estos ojos llenitos de lágrimas.

ADEMÁS.- No sólo era un parque para frikis, había una zona para practicar ciclismo, un parking para que pudieras llegar cómodamente, una zona para merendar con la familia o sólo, a gusto del consumidor, un mirador para mirar e incluso para poder casarse allí mismo, rodeado de toda esa belleza incomparable. Era una cosa bonita de verdad, oigan.

ESTABA LA COSA.- Tan avanzada que hasta nos dijeron que no podían utilizar el nombre de El Señor de los Anillos por temas de derechos de autor, pero nuestros avezados políticos habían dado con el truco para esquivar eso y, al mismo tiempo, colocar una atracción de un enano de cuatro metros de alto, ya, eso también me parece una incongruencia, para que los niños jugaran dentro. Sí, el parque tenía también una zona para que los más pequeños disfrutaran como locos.

EN CUANTO AL TIEMPO.- Hasta que se inaugurara era algo insignificante. Estaba todo hecho, el terreno era, y es, municipal, el dinero para las obras estaba localizado y además no había que soterrar nada lo que, como ya sabemos, simplifica mucho las cosas.

ENTONCES.- ¿Qué pasó? ¿Dónde está el parque guay? ¿Dónde están los elfos? ¿Dónde está el enano pívot? ¿Ya podemos ir al mirador a mirar algo?

PUES NO.- Efectivamente se presentó en Fitur esa maravilla pero, por desgracia, era año de elecciones municipales y, como ya sabemos, en esas épocas está permitido mentir descaradamente sin que pase nada. La excusa fue que no ganaron los mismos y los otros no querían saber nada del súper parque guay, pero me da la sensación de que, aunque hubieran ganado los del parque, hubiera ocurrido exactamente lo mismo.

Sirva esto del parque en mi pueblo como ejemplo de mentiras que nos encajan cada diez minutos. La de esta semana ha sido la de la subida de la luz. Primero nos mintieron diciendo que con la nueva forma de subasta la luz nos iba a salir más barata, ahora nos mienten diciendo que menos mal que está la nueva forma de subasta, que si no hubiera subido más y nos falta la mentira, que caerá, cuando, en dos meses, la bajen menos de lo que ha subido y nos vendan la moto de que ha bajado. Y mientras nosotros asomados a la ventana, a ver si vemos llegar un enano gigante al parque.

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