Crónica personal

Pilar / cernuda /

Nueva educación

LA Lomce no es una mala ley aunque podría ser mejorable en algunos aspectos, pero son multitud los profesionales de la enseñanza no ideologizados que encuentran importantes correcciones por las que clamaban desde hacía años.

Sólo hay una explicación para que no haya obtenido en su trámite parlamentario más votos que los del PP, que la ha salvado con su mayoría absoluta: el ministro Wert no hizo el esfuerzo necesario para conseguir respaldos, no negoció con la flexibilidad del buen negociador, no escuchó a los profesionales con el talante con el que debe escuchar un ministro que quiere solucionar problemas, no dio pie a la oposición a que pudiera incluir alguna enmienda e impuso su criterio a cara de perro y pecando en las formas. Las formas. Con frecuencia dejan mal parados a muchos de los buenos políticos.

Cualquiera que siga los avatares de los distintos ministros de Educación sabe que no hay manera de conseguir consenso para aprobar una ley aprobada por los dos partidos mayoritarios, el encanallamiento en materia docente sobrepasa al de cualquier otro sector por razones que no acaban de entenderse, porque la educación es precisamente una de las materias en las que es obligado hacer un mayor esfuerzo para que su calidad sea inmejorable y los españoles puedan echar a andar con la seguridad de que cuentan con la formación necesaria para competir con cualquier otro ciudadano del mundo. Zapatero derogó la ley de Pilar del Castillo sin comprobar siquiera si con su aplicación se lograban buenos resultados, la tumbó antes de que se pusiera en práctica, y Gabilondo hizo esfuerzos ímprobos por negociarla pero se encontró con el muro infranqueable del PP, resentido por lo ocurrido con la ley de tiempos de Aznar. Wert podía utilizar ese argumento, que Gabilondo no consiguió nada a pesar de su espíritu negociador, para imponerla contra viento y marea; pero un buen político debe olvidarse de los comportamientos de otros para buscar lo mejor de sí mismo y trabajar de manera que pueda sacar adelante un proyecto que es absolutamente necesario.

El PSOE ya ha anunciado que cuando gane las elecciones derogará la ley Wert y que además presentará recurso en el Tribunal Constitucional. Tampoco es la respuesta más inteligente a la Lomce, se echa de menos un sentido más constructivo, Rubalcaba se apunta a la metodología Zapatero. Conclusión: unos y otros demuestran que les importa más castigar al adversario político que promover una educación de calidad.

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