De rebote

José / manuel / olías

Rueda el balón

AÚN se juega la Copa América, la anterior madrugada se enfrentaban Roque Santa Cruz y Martín Demichelis, dos de los miembros de la época dorada del Málaga, sobre un páramo chileno. Es el fútbol, las temporadas se suceden y se solapan, la máquina imparable de hacer dinero y llenar tiempo de ocio no se detiene.

El Málaga ya está en marcha, ha sido el más madrugador de todos los equipos de Primera División, junto al Athletic de Bilbao. O sea, que haber entrado en la Europa League, como se rozó, no hubiera trastocado demasiado los planes. Comienza una temporada difícil. Cuando se rinde por encima de las expectativas, como sucedió en 2014/15, la costumbre lleva a pedir al menos lo mismo. Y, aunque quedó un regusto amargo por no pasearse por Europa por tercera vez en la historia cuando se tuvo en la mano, hay que hacer un ejercicio introspección y análisis frío para constatar que Javi Gracia sacó durante dos tercios de temporadas el máximo jugo que había. Y eso no es lo normal, no todos los años converge una generación de canteranos que el mercado compra por 25 millones de euros gracias a que un entrenador le da el hueco preciso.

La realidad del Málaga, sin inyecciones económicas del jeque y con una desconcertante gestión económica en la que siempre hay un gato encerrado, es que hay que segir en Primera de manera innegociable para pervivir. Y el desencanto por la venta exprés del tridente canterano, que pasará a la historia por ser el que conquistó el Camp Nou en la primera victoria del siglo en el coliseo del vigente campeón de Liga, Copa y Europa, ha propiciado que haya una primera desbandada de abonados, recelosos de la situación.

La llamada al malaguismo en las duras y las maduras procede, tanto como intentar entender por qué se produce ese hastío que puede expulsar de La Rosaleda a un 30% de los fieles del último lustro, que estuvieron con el jeque y Pellegrini, pero también con Schuster y Gracia. El técnico navarro es la cara más solvente de este nuevo proyecto. Aguardemos a cómo se remata la plantilla el 15 de agosto. Ahí ya no habrá balas de fogueo.

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