hoja de ruta

Ignacio Martínez

Sólo falta Roldán en calzoncillos

LO único que necesitaba el caso de los eres es cocaína y fiestas. Es la puntilla. Ya sólo falta Roldán en calzoncillos en Interviú. El chófer del director general de la Junta que repartió sin rigor ni control más de 100.000 millones de pesetas en ayudas para empresas en crisis asegura que su jefe le dio subvenciones fraudulentas por valor de 900.000 euros. Y él se los gastó en un piso y un terreno, aunque dice que la mayor parte del dinero lo dedicó a comprar cocaína e ir de fiestas y copas con tan generoso patrón.

Como nos perdernos, traduzco; 150 millones de pesetas. Como dos décimos y pico del Gordo de Navidad. Para hartarse de champán con los amigos del barrio. Algo así fue, pero con cargo al erario público. Falta por saber si el chófer cocainómano miente o si puede demostrarse que sea cierto lo que afirma, asunto en el que está la juez Alaya. Más trabajo para la magistrada que está en el punto de Griñán y los jefes socialistas por supuesta complicidad con el PP: en sede parlamentaria el presidente ha llegado a decir que está manipulada por los populares y el TSJA ha tenido que salir en su amparo. Y una faena más para el aparato socialista, necesitado de apagar este incendio que no para de crecer y cada vez tiene más pinta de devorarles el 25 de marzo.

El PSOE ha practicado con habilidad lo que mi compañero de página de aquí arriba, José Aguilar, calificaba ayer como patriotismo de partido. Esa benevolencia con la que los jefes dejan a los compañeros del partido actuar a su antojo, porque son de los suyos. Pasa en todas las formaciones políticas, pero a la que lleva toda la vida gobernando en Andalucía, se le nota más. Por ese método se permitió en la Costa del Sol a alcaldes socialistas gobernar con destacados posgilistas. Hasta que acabaron en la cárcel; entonces se actuó con hipocresía, celeridad y golpes de pecho.

Javier Guerrero, el presunto compañero de fiestas del chófer cocainómano que no sabemos si miente, es quien bautizó las subvenciones públicas que daba a las empresas en crisis como fondo de reptiles. Pero no actuó solo, como sostiene la dirección socialista. Le ayudaron por acción u omisión un presidente de la Junta, varios consejeros, viceconsejeros o secretarios generales técnicos de consejerías, y toda la nomenclatura del Partido Socialista en Andalucía. Todos los que no se dieron cuenta de nada, son responsables políticos de primer orden.

Y este no es un hecho aislado, sino que pone al descubierto una pauta de comportamiento durante tres décadas de ocupación del poder. La colocación de parientes y allegados, el amiguismo, el enchufe, el trato de favor, el ¿tú no harías lo mismo? Eso es lo que de verdad retrata el caso de los eres. Las dudas sobre la veracidad de la declaración del chófer me recuerdan la famosa canción de Eric Clapton, que repite una y otra vez en el estribillo que la cocaína no miente.

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