Letra pequeña

Javier Navas

Verdades varias

CUANDO en COU me hicieron leer Campos de Castilla, de Antonio Machado, me intrigaron unos versos célebres pero que yo aún no conocía. "¿Tu verdad? No, la Verdad,/y ven conmigo a buscarla./La tuya, guárdatela." No estaba de acuerdo. Por entonces yo andaba aquejado de un sarampión nietzscheano y me parecía perfecto que cada uno se montara su verdad y la defendiera ante las de los demás y ante la misma evidencia. La ciencia siempre fue a su bola pero en ética y política esta forma de pensar agarró bien agarrada. "No hay hechos, sino interpretaciones", "la verdad es esa clase de error que una especie necesita para sobrevivir", las gafas coloreadas de Campoamor, los sofistas, etc. Una tradición larga y provechosa. Ahora vemos cómo se apunta al bombardeo contra la objetividad gente acostumbrada al objetivo de las cámaras.

Casi íbamos olvidando, la actividad en las salas parecía languidecer y la prensa rosa iba en busca de estiércol por terrenos diferentes. Hasta que el proceso judicial contra los piratas de Marbella ha pasado a la "fase indagatoria": preguntas y respuestas para darle a los culpados otra oportunidad de poner a prueba su imaginación antes de que vayan a la Audiencia Provincial. Treinta declarantes, treinta entrevistas en las que se escucha de todo. Incluso cuando no se escucha nada: así, aunque Marisol Yagüe no chistó delante del juez, para los jueces, como para los músicos, un silencio tiene valor. Varios concejales se desdijeron achacando su primera confesión a los nervios por evitar la cárcel. Con tiempo y serenidad han sido capaces de inventar otra. Y a saber qué estará recitando Julián Muñoz...

Los borrones y cuentos nuevos divierten pero las palabras dirigidas a los periodistas por Isabel García Marcos, quien siempre ha sabido capear los medios, resumen una actitud. "Yo he contado mi verdad", dice después de ver al juez. Mi verdad. Acepta que la acusación, la prensa y los políticos y funcionarios decentes pueden tener su verdad. Pero ella tiene otra que, ah, para eso es la suya. Como todas son legítimas, ninguna lo es. Está confiada en que al final resplandecerá "la Justicia", que no hay más que una y a ti te encontré en la calle. Si la Justicia no protege a García Marcos es porque alguien la ha sometido a la verdad propia. O sea, que al final no gana el que lleva razón, sino el más fuerte. Sólo se ha cambiado un la por un mi, ya, no parece que tenga tanta importancia. Pero si da miedo la imagen de desvergonzada impunidad que los delincuentes han estado transmitiendo a la población durante años -y se ha insistido en el carácter ejemplar del proceso-, ésta podría ser una peligrosa conclusión.

Hay quien dice que nunca conoceremos del todo la verdad sobre el saqueo de Marbella. En cualquier caso, esa verdad sería nada más que una. Si García Marcos tiene la suya propia, se la puede guardar.

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