EL ESPONTÁNEO

Juan Cachón Sánchez

El encuentro

DE dónde viene? - No lo sé. -¿Cómo que no lo sabe? -¡Pues no!, así de claro y contundente.

-¡Pero si lleva encima un arsenal de cosas!: mochila, calculadora, móvil, ordenador portátil, linterna, bolígrafo, pluma estilográfica, fonendoscopio, una brújula de campaña...

-Bueno, siempre que salgo de casa llevo lo imprescindible, por lo que pueda pasar, nadie está libre de un imprevisto, y yo soy una persona muy prevenida, ya sabe lo del dicho popular... "hombre prevenido vale por dos", así me imagino que no viajo solo, sino con el prevenido, y para comprobarlo entro en unos toilets y me miro al espejo, y ahí estoy, el simétrico. Siempre he tenido una gran obsesión por la simetría, debe ser mi educación cartesiana en la Universidad de Lovaina, donde aprendí el valón e investigué sobre los tercios de Flandes, hice una tesis cum laude sobre la célebre pica de Flandes, me condecoraron con la cruz gamada y la Legión de Honor Francesa, también indagué sobre el héroe de Verdún, el general Petain.

-¿Y cómo, teniendo esa memoria elefantiásica, casi parecida a la del sabio polígrafo Menéndez y Pelayo, no sabe de dónde viene?

-Bueno, es que soplan vientos muy malos y soy sumamente supersticioso. ¿No se ha fijado que, además de todo lo que llevo, no me falta ni una herradura ni una ristra de ajos? Todo por prevención. Pero ahora que me ha hecho todo ese interrogatorio, sí que sé de dónde vengo.

-¡Pues suelte, suelte!, no sea que se atragante y tengamos que hacerle el boca a boca.

-Disculpe, me llaman al móvil, tengo un mensaje en euros y para ello tengo que echar mano de la calculadora y poner la brújula orientada al Norte Lambert, es por los decimales, los decimales mueven el mundo, si no, a las pruebas me remito: Una sociedad cuantos más decimales, más avanzada es.

Dos cosas muy importantes, los decimales y la orientación, si no, ¿cómo se cree que construyeron las pirámides de Egipto?, por los decimales y la orientación. El bando republicano perdió la guerra por los decimales, el ejército rebelde, les confiscó los decimales y el Norte Lambert. Nunca pierdas los decimales, antes la cabeza, la muela del juicio, la prótesis de la hernia, pero jamás los decimales. ¡El que conquista los decimales conquista el mundo!, de ahí la célebre frase "Dadme unos decimales y moveré la tierra".

-Disculpe que le deje con la palabra en la boca, es que padezco de la próstata y tengo que encontrar un urinario urgentemente.

-Tome la brújula y pulse almohadilla en el móvil, y le dará el urinario más cercano.

-La verdad es que vale usted un potosí, si yo le contara...

-¡No, por favor, que estoy leyendo un e-mail de mi mujer, que se le está quemando el ragout de toro!

Toda esta conversación la oí en el AVE de Málaga a Madrid mientras iba leyendo La alquería de Stepanchicovo de Dostoyevski.

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