Los pescadores de Los Boliches, en Fuengirola, tratan de alimentar la memoria del copo, el viejo arte pesquero prohibido hace ya lustros por sus secuelas ambientales e impacto sobre los bancos de peces. En una jornada cargada de simbolismo que no desafía las normas porque las capturas se lanzan después al mar, los marineros vuelven a lanzar las redes siguiendo las antiguas técnicas que requerían tanto la destreza como la fuerza de los 'choros' fuengiroleños, término con el que eran conocidos los pescadores de esta localidad.
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