El caso Koldo acelera una época vertiginosa. Feijóo echa el resto para que la legislatura sea corta y Sánchez presume de que estará hasta 2027. El peneuvista Aitor Esteban augura que la precaria mayoría no durará más de dos años. Hagan sus apuestas. El triunfo del PP en Galicia es la continuidad de una hegemonía construida 36 de los 42 años de autonomía. Es muy difícil desplazar al partido gobernante en una región. Ha habido alternancia en las 17 autonomías, pero en el Pazo de Raxoi dos veces y por poco tiempo.

En Andalucía no habría sido posible el cambio en 2018 sin el trasvase a Vox de indignados que votaron a opciones de izquierdas en 2015. El desgaste socialista y la efusión populista propiciaron que entrase en San Telmo Moreno Bonilla con el peor resultado del PP en su historia. En Galicia ha habido evidencias de clientelismo: dos días antes de las elecciones, el servicio gallego de Salud informó por SMS a sus trabajadores de una subida salarial y ese día se anunció una ayuda de 4,5 millones de euros a 7.000 mariscadores.

Tras la victoria en el feudo favorito del PP, Feijóo está crecido. Además, tuvo el acierto de soltar en plena campaña a un grupo de periodistas que estaba dispuesto a indultar a Puigdemont con condiciones. El prófugo de Waterloo tiene una alternativa para acortar la legislatura. Pero en el cerco a la Moncloa, Galicia y la amnistía están superadas por los contratos a dedo durante la pandemia de administraciones gobernadas por el PSOE. Un hombre de confianza del ex ministro de Fomento socialista José Luis Ábalos y tres socios habían montado una trama para vender mascarillas a Adif, Puertos del Estado, Baleares y Canarias por 53 millones de euros. Con las comisiones, Koldo García se habría comprado tres parcelas y dos apartamentos en Benidorm por un millón y medio.

Sánchez cuenta en su Manual de resistencia cómo las dos noches anteriores a presentar el 4 de mayo de 2017 en Ferraz los 57.000 avales de su candidatura en las primarias contra Susana Díaz, “Koldo se quedó en la oficina a dormir para custodiarlos”. Un año después del éxito en aquellas primarias, Ábalos hizo la presentación de la moción de censura contra Mariano Rajoy por el caso Gürtel. Dijo que la Cámara debía dirimir cuánta corrupción estaba dispuesta a tolerar. Reclamó gobernantes decentes, repudió que desde el Gobierno se sustentase una red de corrupción institucional y se adornó proclamando que era nieto de guardia civil. El mismo Cuerpo que ha detenido a Koldo y sus cómplices. La legislatura se nos puede hacer larga.