SI todo va mal, ¿por qué cambiarlo? Eso debería estar pensando más de uno en el PSOE cuando sesudamente elaboraba la lista malagueño al Parlamento. Un dato que explica a las claras la renovación que ha sufrido el partido es que en los cinco primeros puestos figuran gente tan novel como Luciano Alonso, Rosa Torres, Enrique Benítez, Marisa Bustinduy y Remedios Martel. ¿Dónde está la tan manida renovación? En el peor momento del socialismo en España, con un partido sin identidad y grogui por los batacazos de las municipales y de las generales, el PSOE apuesta por lo mismo. Y para colmo la dirección deja fuera al sector crítico de la lista -vaya numerito aquel abrazo entre Heredia y Josele Aguilar al término del congresillo de Mijas-. Quizás el tándem Conejo-Heredia, sin quererlo, le haya dado un empujoncito al líder de Socialistas hoy por la secretaría general. Otras jugada maestra y de auténticos estrategas.

En el PP son días de vino y rosa. Ni el bochorno de Alhaurín el Grande, con un alcalde condenado que goza del respaldo del partido, ni el olvido de la ministra de Fomento, Ana Pastor, con el tren litoral litoral inmutan al partido. Eso sí, al menos han presentado 11 caras nuevas en la lista. Con todo el viento y las encuestas a favor, muy mal lo tienen que hacer los populares esta campaña -o muy mal lo tiene que hacer Rajoy- para que Arenas llegue al fin a San Telmo. Por cierto, que en más de una ocasión Arenas ha asegurado que el tren litoral, el tercer hospital y el embovedamiento del Guadalmedina serían tres de sus prioridades cuando alcanzara el gobierno de la Junta. Habrá que preguntarle qué piensa ahora.

Mientras tanto, los vecinos de Carranque se tendrán que conformar con sus grietas y con una administración regional que dice que no tiene fondos para arreglarlas. Que se pongan en huelga como los de Limasa.