Un nuevo fracaso

No se da el suficiente protagonismo a la lectura comprensiva, que es la base de todo el proceso educativo

Llevamos hablando tanto tiempo del fracaso educativo que me temo que hay gente que ya ni siquiera se toma la molestia de interesarse por el asunto. ¿Para qué, si siempre seguimos igual? Pero una de las peores cosas que podemos hacer es desentendernos del debate educativo porque nos parece un asunto tedioso que encima no tiene remedio. Si ahora mismo las perspectivas de futuro son pésimas en cuanto a posibilidades laborales para muchos licenciados universitarios, da miedo pensar en lo que le puede ocurrir a una masa de estudiantes que han fracasado en sus estudios y que no han aprendido nada de nada. Quizá no sea muy arriesgado pensar que muchos de ellos están destinados a convertirse en "unpersons", esa palabra derivada de la "neolengua" de Orwell que designa a las personas que no tienen ninguna clase de derechos ni de la más mínima consideración social.

Y lo peor de todo es que no hay muchos indicios de que algún día se pueda remediar nuestro desastre educativo. Se nos dice que tenemos la generación mejor preparada de nuestra historia, pero la vergonzosa verdad es que muchos alumnos de ESO -¡y de Bachillerato!- no saben entender un texto mínimamente complejo ni tienen conocimientos suficientes de matemáticas. Es cierto que tenemos una minoría de alumnos muy bien preparados, pero la mayoría no ha alcanzado los conocimientos que se le deberían exigir a un alumno en una de las sociedades más avanzadas del mundo. Y convendría recordar que el Estado gasta muchísimo dinero en la enseñanza. No todo es una cuestión de recortes ni de falta de inversión.

Vuelvo a repetir lo que he dicho docenas de veces: los planes de estudio son pésimos, hay demasiadas asignaturas y no se da el suficiente protagonismo a la lectura comprensiva, que es la base de todo el proceso educativo. Y si queremos mejorar, se deberían poner al día las enseñanzas que se imparten en las facultades de Pedagogía donde se forman los maestros. El otro día le oí decir a un maestro premiado por su actividad docente que los alumnos eran "motores de cambio" y que lo importante era que fueran solidarios y felices. Pues muy bien, pero que alguien me explique cómo van a ganarse la vida estos "motores de cambio" cuando sólo puedan citar en su currículum su solidaridad y su felicidad, en vez de sólidos conocimientos en matemáticas o biología. Mal vamos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios