EL ZOCO

Juan López Cohard

Las 'setas' de la Axarquía

LA detención del alcalde de Alcaucín y otros doce imputados en una trama de corrupción urbanística no es sino la consecuencia, y la veremos en otros muchos pueblos del interior, de la ceguera que la Consejería de Obras Públicas y Urbanismo ha tenido al ordenar el territorio de espaldas a las necesidades económicas de sus habitantes. En la comarca de la Axarquía era evidente, y así se había denunciado desde muchos años atrás, una tremenda y preocupante ocupación del territorio de forma desordenada y agresiva con el entorno paisajístico y el medio ambiente. La puerta abierta para la construcción de viviendas en terreno rústico en la Axarquía vino de la mano de la permitida casa de aperos en pequeñas parcelas que se suponía necesaria para realizar las labores agrícolas. Era mirar para otro lado. Ninguno de los descendientes de aquellos agricultores, que no tenían otro medio de vida que exprimir unas tierras que escasamente permitían el sustento, trabajaba ya en esas soleadas laderas en las que se cultivaban la uva de la que obtenían unas arrobas de vino dulce y unos kilos de pasas que vender.

La expansión del turismo provoca que los centroeuropeos descubran una zona en donde un sol generoso que no conoce el absentismo laboral y la belleza de un mar apacible que baña las faldas de sus montañas, determinan un excelente lugar para residir. La creciente demanda de viviendas, especialmente en suelos rústicos, apartadas de las urbanizaciones turísticas y las aglomeraciones, como las que habían proliferado en la costa occidental, hace que aquellas casas de aperos, convertidas debida e ilegalmente en chalés, adquieran unos precios importantes. Precios que permiten a sus propietarios, hijos de aquellos agricultores de secular pobreza, una dignidad económica que, de otra forma, nunca hubiesen alcanzado.

Pero llega la ordenación del territorio. Y llega porque no tenía más remedio que llegar. Las dimensiones del ultraje al medio ambiente y al paisaje eran de tal calibre que ya no era posible hacer la vista gorda. Se comenzó a ordenar el territorio desde la Consejería y se aprobó el correspondiente Plan de Ordenación del Territorio. A mi juicio, la ordenación que se hizo es bastante acertada, a pesar de que casi puso en pie de guerra a los alcaldes de la Axarquía, pero adolece de un problema fundamental. El POT se limitó a eso, a ordenar el territorio, sin entender para nada de la economía que le afecta. Las áreas de oportunidad económica sólo se contemplan en la costa. No considera inversiones dinamizadoras en el interior y, ¿si los vecinos ya no pueden vender sus parcelas rústicas con vivienda de aperos o apareadas?, ¿de qué van a vivir? Construir casitas de aperos ampliables se ha convertido en una actividad ilegal, pero, ¿qué alcalde le impide a un vecino hacer algo que le permite salir de la pobreza de toda la vida? Moraleja: con la ordenación que hemos hecho, las setas de la Axarquía seguirán creciendo aunque metan en la cárcel al alcalde de Alcaucín.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios