Tantas veces Pedro

Que no se fíen de El Renacido, porque en realidad se está remodelando, 'tuneando', algo muy propio de él

Apedro Sánchez lo llaman ahora El Renacido, como si fuese Di Caprio en la oscarizada peli de Iñárritu. Algunos, los suyos, lo apodan así con admiración, mientras que los que son menos suyos, que en realidad son los de Podemos, se lo dicen con sorna. Lo digan como lo digan, lo cierto es que mucho tiene de real, pues este caballero era un zombi de la política y ahora ahí lo tienen: descolgando el teléfono para llamar al presidente y, al tiempo, provocar un suspiro de alivio bastante audible. Porque Sánchez, después de que por táctica o por berrinche, dijese en La Sexta hace ya unos meses lo de la "nación de naciones" se había situado en un espacio nebuloso en cuanto al proceso secesionista ilegal que promueven los partidos independentistas catalanes. Ayer, sin embargo, salió de su laberinto y dijo claro que estará junto al Gobierno y los partidos que así lo decidan en la defensa decidida de la Constitución. Primer movimiento que tranquiliza a un tiempo tanto al PP como a Podemos, pues los populares se temían a un Sánchez echado al monte y los de Iglesias barruntaban que un Pedro demasiado parecido a su mesiánico Pablo podía ocuparles espacio. Que no se fíen sin embargo de El Renacido, porque en realidad se está remodelando, tuneando, algo que es muy propio de él. Hombre de ideología difusa, a su regreso no es ya el que era, y no tanto porque haya aprendido mucho en el camino sino porque sus asesores de hoy ya no son aquella medianía de sus otrora amigos, y hoy traidorcetes, Hernando y Luena. Detrás de Pedro en realidad está Borrell, una de las mentes más lúcidas y estratégicas de la socialdemocracia, por lo que este Sánchez será por narices menos robótico y boberas que el viejo Sánchez del No es no. Remará para no perder al viejo votante socialista y nadará en busca de votos tanto en Podemos como en C's. El Renacido no es pues el viejo candidato a la Presidencia que se la pegó dos veces, sino una plastilina que gente inteligente moldeará si es que se deja. Curioso será de ver este juego porque casi nunca se vio a un político tan joven disfrutar en poco tiempo de más vidas que los gatos. Pedro, Pedro y Pedro. Como escribiese el cachondo de Bryce Echenique: tantas veces Pedro.

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