Tribuna

josé antonio merat

La España de alfombra roja

‘Gen Playz’, se canceló a raíz de unas declaraciones de Hernand en que vaticinaba la victoria progresista en las pasadas generales porque “los buenos siempre ganan”

La España de alfombra roja

La España de alfombra roja / rosell

A través de la última polémica en la que se ha visto envuelta RTVE, me gustaría hacer una escueta radiografía de cómo se está gobernando en nuestro país. En los prolegómenos de la gala de los Goya, la humorista Inés Hernand no tuvo su mejor actuación como periodista. Quizás fue por jalear al presidente Sánchez al grito de “eres un icono, presi”, por decir “llevo cinco horas aquí y estoy hasta el coño” o por incomodar a algunos de los invitados, pero su papel no gustó. En redes sociales recibió un aluvión de críticas y en algunos despachos de la televisión pública torcieron el morro.

El problema no es decir o hacer tal cosa. Solo se pide cierta empatía a una persona que está hasta el coño de cubrir la gala de los Goya mientras miles de periodistas están en su casas suplicando una oportunidad. También ocurre que llevaba el micrófono de RTVE en la mano y, “por mucho que se quiera dar un tono desenfadado, alternativo y pensado para un público juvenil, creemos –creo– que cualquier contenido que lleve la marca de RTVE debe cumplir con los estándares de calidad y neutralidad recogidos en el libro de estilo de RTVE y dentro del marco del Estatuto de la Información”. El entrecomillado está sacado del comunicado que hizo el Consejo de Informativos de la casa a colación de la bochornosa actuación. Nada personal contra Inés Hernand, me suele gustar lo que hace.

Hasta el pasado mes de septiembre presentaba el programa de debate juvenil Gen Playz para la plataforma de contenidos a demanda de RTVE. Ni una pega a su trabajo. No hay problema en que una persona coja un micrófono y haga de periodista sin serlo, pero cuando lo hace con nula profesionalidad, dejadez y mamporrerismo político sí que lo hay. Este programa, Gen Playz, se canceló a raíz de unas declaraciones de la humorista en que vaticinaba la victoria progresista en las pasadas generales porque “los buenos siempre ganan”. Buenos y malos, ea. RTVE consideró que estas opiniones suponían un riesgo para la ecuanimidad y canceló la emisión. ¡Y la volvió a contratar para los Goya!

Uno de los clips más reproducidos del extinto programa lo protagonizó Guillermo del Valle, reciente fundador del partido Izquierda Española. Del Valle rechazaba un discurso sobre las desigualdades entre personas de clase trabajadora.

No son pocos los jóvenes de izquierdas que reaccionan contrariamente a los discursos de lo que se ha denominado “izquierda de Malasaña”. No replico el concepto, lo explico. Estos discursos cuentan cómo frenar las injusticias sociales o mejorar las condiciones de vida del mundo rural o las clases medias y trabajadoras con la realidad, esto sí es mío, algo disociada. Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, la conoce de sobra y podría estar horas hablando de lo que significa este concepto.

Hay jóvenes sin oportunidades, que se sienten encerrados en sus pueblos y en ocasiones presionados por heredar una empresa familiar, deseosos de salir del zulo en que nacieron, que no se creen que lo moderno es abandonar la ciudad para irse a su pueblo a teletrabajar en una consultora porque “se respira aire puro”. Y cuando ese pueblo es andaluz, y la empresa a heredar es agrícola y está asfixiada por las exigencias medioambientales, más incrédulos aún. También son chavales y chavalas que no se creen el éxito de la última reforma laboral porque siguen igual de jodidos un año y pico más tarde.

Vuelvo al cauce, que me desvío. La presentadora de la alfombra roja de los Goya encumbró esta actitud malasañesca. En lugar de trabajar con el rigor y la profesionalidad que necesitaba la ocasión, incluso añadiendo un tono desenfadado si se quiere, lo hizo con bochorno y cutrerío. Porque es lo guay, es lo grunge, lo que pide mi público; lo moderno. Y está bien que lo haga, pero no en RTVE. Amiga, ahí no, le dijo el Consejo de Informativos. La televisión pública es una de las escasas instituciones públicas de este país que no ha sido vampirizada, de ahí que sea la joya de la corona para todos los partidos.

Por eso, que el mismísimo presidente del Gobierno de España se pusiera de lado de la presentadora con un tuit tras el comunicado del Consejo de Informativos de RTVE, es aún más bochornoso. Así es el jefe de Gobierno, por encima del bien y del mal, con una alfombra roja para hacer lo que estime. Este último episodio, desconocido quizás, es un ejemplo perfecto de cómo se está haciendo últimamente. Lo mismo levanta un muro que se enfrenta a los periodistas de la pública.

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