tragedia en el mediterráneo Una roca de veinte metros abrió un agujero de setenta en el casco

Un naufragio a 150 metros de la costa

  • Hay un español entre los cinco fallecidos en el siniestro del 'Costa Concordia' · Quince pasajeros del crucero siguen desaparecidos · El capitán abandonó el barco antes de completarse la evacuación

Tres personas -dos viajeros y un miembro de la tripulación- del barco crucero Costa Concordia, naufragado en la isla de Giglio, fueron rescatados ayer con vida, 36 horas después del siniestro, a la vez que fueron localizados los cadáveres de un español y un italiano, lo que eleva el número de fallecidos a cinco.

El español fue identificado como Guillermo Gual, de 68 años y quien formaba parte de un grupo procedente de Palma de Mallorca, según la unidad de crisis creada por las autoridades de Italia tras el accidente.

El otro cadáver es del italiano Giovanni Masia, de 86 años, de Portoscuso (isla de Cerdeña), que viajaba con su esposa de 83 años, su hijo, la nuera y dos nietos.

Casi dos días después del naufragio del mayor barco crucero italiano, más de un centenar de bomberos y decenas de buzos continuaron la carrera contra el tiempo para intentar localizar a las 15 personas que siguen dadas por desaparecidas. Entre ellas se encuentra la peruana Erika Soria, de 26 años y miembro de la tripulación del barco que encalló el viernes por la noche frente a la isla italiana de Giglio.

Los rescatados son una pareja coreana -Hye Jim Jeong y Kideok Han, ambos de 29 años- que fue localizada en el interior de su cabina, en el puente octavo del crucero, de once plantas.

La pareja, en viaje de novios, había subido al barco en Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma, pocas horas antes del naufragio, ocurrido a las 20.45 horas GMT del viernes, al chocar la nave contra una roca de veinte metros, que hizo un agujero en el casco de 70 metros de longitud.

El otro rescatado es el italiano Marrico Giampetroni, comisario jefe de a bordo del Costa Concordia, que fue localizado en una zona anegada y los bomberos tardaron en llegar hasta ella, ya que en la planta había paneles y otros materiales descolgados y en estado ruinoso, lo que hacía peligroso el rescate. Otros dos pasajeros fueron localizados en Roma. Se trata de dos japoneses que se presentaron en una comisaria de Policía y contaron que desde Porto Santo Stefano, el puerto más cercano a la isla, subieron junto a otros dos compatriotas en un autobús con destino a la capital.

En el barco viajaban 4.229 personas, de ellas 3.209 viajeros de 62 naciones, en su mayor parte italianos, franceses y alemanes. También viajaban en la nave 177 españoles, 107 latinoamericanos y un andorrano.

Ayudados por perros adiestrados en la búsqueda de personas vivas, bomberos y buzos continúan la búsqueda de supervivientes en el crucero de 114.000 toneladas, 291 metros de largo, 62 de altura, once puentes y con capacidad para 3.780 personas.

La búsqueda se lleva a cabo cabina por cabina, con la esperanza de que alguien pudiera haber quedado bloqueado en las mismas y no hubiese podido salir.

Y es que tras irse la luz en el barco por el choque, las cerraduras de las cabinas, que son electrónicas, quedaron bloqueadas y según los bomberos no se descarta que algunos de los viajeros dados por desaparecidos estén en las mismas, sin poder comunicarse con el exterior.

El comandante del barco Francesco Schettino, de 52 años, quien fue detenido el sábado acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco mientras muchos pasajeros aún se encontraban dentro de la nave, sigue encarcelado.

Según su abogado, Giulio Leporatti, la Fiscalía de Grosseto rechaza la puesta en libertad del comandante alegando que puede huir de Italia. Según fuentes de la investigación, el comandante abandonó la embarcación hacia las 23.30 hora local del viernes (22.30 GMT), cuando aún parte de los pasajeros y de la tripulación esperaban a ser evacuados. Las últimas personas que abandonaron el crucero lo hicieron entre las 02.30 y las 03.00 del sábado.

Según el fiscal de Grosseto, Francesco Verusio, el comandante se acercó demasiado a la isla, hizo una maniobra "inexperta" y el casco de la nave chocó con un escollo por su parte izquierda.

Verusio precisó que el barco estaba a sólo 150 metros de la orilla, "una distancia increíblemente cerca".

Schettino aseguró que las rocas no estaban en los mapas. La caja negra está siendo analizada y, según Verusio, habría desvelado "una diferencia de una hora entre el impacto, a las 21.45 horas local, y la alarma a la Guardia Costera, dada alrededor de las 22.43 horas local".

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