unicaja

Boquerón pelirrojo

  • Alberto Díaz, vitoreado constantemente por la afición, reparte los méritos por el 'MVP'

Alberto Díaz saluda desde el autobús.

Alberto Díaz saluda desde el autobús. / javier albiñana

Por aspecto, Alberto Díaz podría parecer uno de los miles de guiris que vienen a Málaga cada año de turismo. No hay muchos pelirrojos malagueños, pero Alberto es el pelirrojo de Málaga, el niño que echó los dientes en Los Guindos, el que vio la final de la Korac en un bar con seis años y se fue con sus amigos a jugar. El que vio en el Carpena en una pantalla gigante el Unicaja-CSKA de la Final Four de Atenas. Es también el MVP de la Eurocup 2016/17, la del cuarto título oficial del Unicaja. Y el que ayer gritaba desde el balcón de Unicaja en la Plaza de la Marina "Yo soy boquerón, boquerón, boquerón". Un hecho evidente es que los títulos del Unicaja han llegado con jugadores malagueños importantes en sus filas. La consolidación de Alberto se une a la estirpe de Berni, Cabezas y Germán, y el equipo del subcampeonato del 95 que cambió el baloncesto en Málaga.

"El MVP de Alberto Díaz es la mejor historia de justicia deportiva en años", dice Paco Aurioles, uno de los profesores de Los Guindos, que le hizo debutar con 16 años en LEB con el Clínicas Rincón. "Cómo me alegro por el pelirrojo. Recompensa al trabajo y al esfuerzo constante", decía Jayson Granger, un base que se hizo grande en Málaga y que vio cómo Alberto y su entrega le exigieron ser mejor en más de un entrenamiento. "Enhorabuena al merecido MVP Alberto Díaz, creciendo en eficacia y personalidad a base de ambición y trabajo", remataba Sergio Scariolo, que ya no es el último entrenador que ganó un título con el Unicaja. Scariolo vio en directo el partido en Valencia. Y sabe que Alberto jugará algún día en la selección. Aunque igual le va a doler la cabeza de escucharlo.

Que el mejor jugador de la competición sea Alberto Díaz es un regalo caído del cielo para el Unicaja, es un reconocimiento al anónimo trabajo en la cantera de mucha gente. Este año, el Unicaja se ha gastado más de un millón de euros en remodelar Los Guindos, que están exuberantes y lustrosos. Con fotos de los jóvenes de la factoría por las paredes y los nombres de todos los canteranos que han jugado en el primer club malagueño. Allí empezó la jornada de festejos, con un pasillo a los campeones de todos los equipos de la cantera verde que culminó en una foto de familia. "Aquí aprendí todo. A trabajar en equipo, cooperar, a ser humano, una persona más, todo lo que me han enseñado", dice con agradecimiento Alberto Díaz, constantemente vitoreado por los compañeros y por el público. "Un gran tipo lleno de valores difíciles de encontrar hoy en día", era la definición de Álex Mumbrú sobre Alberto Díaz. En Bilbao y Fuenlabrada hizo la mili el malagueño. Y desde los dos sitios llegaron mensajes de felicitación. También desde Greensboro, con Francis Alonso, igual su compinche en un par de años. "El MVP era algo inesperado, una alegría tremenda, que queda para el recuerdo. Haber sido campeón es para todos y supera cualquier premio individual. Me acuerdo de la gente de oficinas, del staff técnico. Gente que disfruta esto más que nadie porque viven el club", reflexionaba ayer el base malagueño. Un detalle de su control de la situación que en su dedicatoria de la victoria, a pie de pista, se acordó de Ignacio Rosa y José Luis Ibáñez, los dos juniors que ayudan al equipo en los entrenamientos y que ayer flipaban en la celebración. Gestos del capitán que será. "Hay veces que los sueños se cumplen. La realidad ha superado las expectativas y más habiendo contribuido de esta manera", concluye Alberto, el boquerón pelirrojo, el hijo de Ernesto y Montse, el novio de María, que es hoy el orgullo de Málaga.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios