Valencia Básket-Unicaja

Una final, algo diferente

  • El Unicaja inicia en Valencia la pelea por el título de la Eurocup.

  •  Nedovic jugará, aunque esté aún renqueante.

  •  A por el primer trofeo oficial malagueño en los últimos 11 años.

Y aquí está el Unicaja, 16 años después en una final europea, la Korac de 2001, ocho años después en la final de un gran torneo, la Copa de 2009, año y medio después de jugar la última instancia de la Supercopa de 2015. Una final es algo especial, diferente, exclusivo. La juegan dos equipos de los 20 que empezaron la competición. Combatir por un título es una sensación diferente. El premio de jugar la próxima Euroliga es bastante suculento, pero cuando se cuestiona a los jugadores por lo que priorizan se refieren a jugar una final, a levantar un título. Es lo que Málaga anhela, lo que el Unicaja necesita para sentirse otra vez un equipo de tronío. La presencia en esta final ha zarandeado a la masa social, que ya tiene todo el Carpena lleno para el viernes. Al final el deporte es ilusión y ganar. Ser cabeza de ratón puede ser puntualmente un impulso tras la caída a plomo desde la Euroliga.

El reto es ciclópeo. El Valencia Básket ha sido el mejor equipo de la competición, ha dominado con autoridad en las dos primeras fases y ha ganado los últimos seis partidos, cuatro esta temporada, en los que ha afrontado al Unicaja. Es vigente subcampeón de Copa tras una final de nivel clásico con el Madrid, es el líder de la Liga Endesa y su nivel de juego ha sido bastante alto. Puestas las bases de lo que hay que tumbar, se vislumbran opciones. El Unicaja ha sido competitivo en el último mes y medio, logró enlazar una racha de seis victorias que le permitió voltear dos eliminatorias con el factor cancha adverso, una de ellas ante el Bayern Múnich, equipo de características similares a las del Valencia. Se indigestó tres veces y a la cuarta cayó el triunfo y cambió el aire. Se ve algún detalle de fatiga en el Valencia, ahora con la rotación reducida tras las lesiones de Diot, Kravtsov y Vives. El último estará hoy y hay dudas con el primero. El Unicaja comparece sin su referente interior, miembro del primer quinteto de la Eurocup, Dejan Musli, y con su figura, Nemanja Nedovic, renqueante físicamente pero con la motivación por las nubes y con ganas de demostrar. No por jugar en Valencia, donde estuvo unos meses sin éxito, sino porque quiere sentirse importante y decisivo.

Hay muchos detalles tácticos que enseñar, aquí no se guarda nada. El Unicaja deberá poner en liza defensas en las que Dubjlevic no le castigue, claro que el montenegrino es un jugador rebosante de talento. Habrá que lidiar con la experiencia de Fernando San Emeterio y Rafa Martínez, figuras de las que el Unicaja carece. Debe aparecer la muñeca de Waczynski. Y Omic dar un paso más. No se duda del arrojo de Fogg y si Smith está enchufado es un plus importante. "La clave está atrás", dice Alberto Díaz, que ya retrató a la perfección cómo ganarle al Bayern. Y en el vestuario del Unicaja hay mucha ansia de demostrar, deseo de victoria, ambición. Ganas, en fin, de levantar un título. Una sensación inigualable.

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