En Málaga encontramos especialidades gastronómicas que casan con cualquier gusto, siendo en las tapas donde la provincia pone todo su saber culinario, perfeccionado a través de los siglos.
Las tapas son todo ventajas: son muy variadas, baratas y contienen la cantidad justa de alimento, lo que nos permite probar su amplio espectro cuando salimos «a tomar algo». ¿Que no tienes mucha hambre? Te tomas una tapa. ¿Que tienes prisa? Te tomas una tapa antes de marcharte, para el camino. ¿Que no te apetece ensaladilla rusa? Pues acércate al mostrador a ver qué han cocinado hoy, cariño, que yo ya me he comido la mía. Además, si crees que hacer fotos a los platos para subirlas a Instagram sigue estando de moda, la tapa será tu compañera más fiel: hoy día los locales las preparan, además de sabrosas, vistosas y muy bien emplatadas, lo que cierra el círculo de los placeres gastronómicos. Llega el momento de recorrer Málaga en busca de las 20 tapas que hay que probar sí o sí.
En Málaga encontramos especialidades gastronómicas que casan con cualquier gusto, siendo en las tapas donde la provincia pone todo su saber culinario, perfeccionado a través de los siglos.
Las tapas son todo ventajas: son muy variadas, baratas y contienen la cantidad justa de alimento, lo que nos permite probar su amplio espectro cuando salimos «a tomar algo». ¿Que no tienes mucha hambre? Te tomas una tapa. ¿Que tienes prisa? Te tomas una tapa antes de marcharte, para el camino. ¿Que no te apetece ensaladilla rusa? Pues acércate al mostrador a ver qué han cocinado hoy, cariño, que yo ya me he comido la mía. Además, si crees que hacer fotos a los platos para subirlas a Instagram sigue estando de moda, la tapa será tu compañera más fiel: hoy día los locales las preparan, además de sabrosas, vistosas y muy bien emplatadas, lo que cierra el círculo de los placeres gastronómicos. Llega el momento de recorrer Málaga en busca de las 20 tapas que hay que probar sí o sí.
DISEÑO Y PROGRAMACIÓN: José Antonio Sanchez y Ángel J Cachón de Elías.
REDACCIÓN: Francisco M. Romero con la colaboración de Juan Luis Pinto Doblas.
No es una tapa propiamente dicha, pero si pensamos en la comida más típica de Málaga pocos serán a los que no les venga a la mente un espeto de sardinas. Típico de los meses de verano, los más puristas recuerdan que sólo se puede tomar en los meses que no incluyen la letra R en su nombre, es decir, de mayo a agosto.
Fruto del sacrificado esfuerzo de los espeteros que soportan un calor infernal para que los demás nos deleitemos en su sabor, ahora es la época ideal para degustarlos.
Podemos disfrutar de unos buenos espetos en el Chiringuito El Velero de Torremolinos y en el Chiringuito María (paseo marítimo Antonio Banderas, 8, Málaga capital), siendo en el barrio de pescadores El Palo donde se encuentran los más baratos.
En cuanto a lugares curiosos donde nos ofrecen espetos está el Restaurante El Cordobés (calle Arte, 7), que se ubica en pleno casco antiguo de Marbella, el mijeño Bar Alarcón (calle Lasta, 1, Mijas), en el Barrio Santa Ana, y la Taberna El Mentidero.
Otro manjar fruto de la relación de Málaga con su mar. Las tortillitas de camarones son típicas en Málaga y se pueden comer en numerosos locales. Los camarones son pequeños y deliciosos crustáceos que, rebozados, tienen un sabor espectacular.
Un lugar muy aconsejable para tomar una tapa de tortillita de camarones es el Restaurante El Chinitas.
El ajoblanco, o gazpacho blanco, es una sopa fría muy popular de la cocina malagueña. Su base principal es pan, ajo y almendras molidas. Normalmente se suele tomar acompañado de uvas o trocitos de melón. El ajoblanco es de esos platos que pueden ser consumidos en una buena ración con la que quedarnos ahítos, o como tapa, en un «chupito», que nos deje en el paladar el delicioso regusto de este plato tradicional.
El ajoblanco es un plato que se ha recuperado y reivindicado con el tiempo y en el Restaurante Eboka podemos probar una tapa de esta receta típica malagueña.
Si de algo presumen los antequeranos es de su mollete y de su porra. La porra antequerana es una sopa fría elaborada con tomates, pan, aceite, sal, pimiento verde y ajos. Es mucho más recia que el gazpacho y en este plato se basa el salmorejo cordobés, por lo que en ocasiones se confunden. Se puede acompañar con huevo duro, taquitos de jamón, picatostes y atún. Una tapa de porra antequerana es una delicia, pero un buen plato sopero colmado hasta los topes nos dejará inhabitados en el sofá durante horas.
En Málaga podemos probar tapas de porra en el Restaurante Mesón Mariano (calle Granados, 2, Málaga) y el Restaurante Boca Llena.
No sabemos si la ensaladilla rusa viene realmente de Rusia. Lo que sí sabemos es que en Málaga su calidad y sabor están garantizadas gracias al Campeonato malagueño de Ensaladilla Rusa que este 2019 ya ha celebrado su quinta edición.
La tapa de ensaladilla rusa vencedora de este año es la que preparan en el Restaurante Verum, con una receta basada en la tradición malagueña de este plato.
El restaurante ganador de la edición de 2018 fue la Taberna Uvedoble, un local donde podemos disfrutar también de este plato ya tradicional en toda Europa, pero con recetas locales que lo hacen diferente.
La ensalada malagueña es una ensalada fresquita perfecta para combatir el calor y, aunque se degusta cualquier día del año, la época idónea es en Cuaresma.
Con una base de patata, la tapa de ensalada malagueña lleva cebolla, gajos de naranja, aceitunas verdes, huevo cocido y, por normal general, bacalao, pero en ocasiones se prescinde de este pescado. Claro que, los más tradicionales, ven esta supresión como un auténtico crimen.
Esta tapa la encontramos en todo tipo de locales, desde lo más tradicionales a los más sofisticados de Málaga.
El Real Club Mediterráneo tiene una ensalada malagueña espectacular.
Con un curioso nombre, la pipirrana malagueña se conoce igualmente como salpicón o salpicón de marisco. Esta tapa también es una refrescante ensalada veraniega que lleva algún tipo de marisco como pueden ser langostinos, mejillones, e incluso pulpo, sobre una base de tomate, pimientos rojo y verde, pepino, cebolla picadita, y todo ello aliñado con sal, vinagre y, cómo no, aceite de oliva.
En el Restaurante Hermanos Alba hacen una pipirrana que no se la salta un galgo.
De un montadito de lomo, al cielo. Para muchos, esta tapa supondría el plato principal en su última cena en la tierra. Y es que un filete de lomo hecho en la plancha y envuelto en un buen pan es una de esas delicias sencillas que nos reconcilian con la vida y nos da un extra de vitalidad para encarar cualquier cosa: ya sea volver al trabajo o salir de bares con los amigos a darlo todo.
En Málaga podemos comer buenos y jugosos montaditos de lomo en la Tasca La Tranca y en el tradicional Restaurante Cortijo de Pepe.
Si hay algo más malagueño que el gazpachuelo, que baje Dios y nos lo diga. Este plato es una sopa caliente típica de los pescadores de la provincia. Consiste en un caldo de pescado con una base de mahonesa, patatas y pan. Pocos recuerdos más felices para los malagueños que el de sus abuelas preparando pacientemente la mahonesa a mano.
En algunas localidades de la provincia, sobre todo las de interior, se prepara también sin pescado.
En el restaurante malagueño La Vikinga (calle Federico Fellini, 34, Málaga) cocinan este plato que se ha abierto camino poco a poco entre las tapas típicas de Málaga.
Venir a Málaga y no probar el pescaíto frito, o fritura malagueña, es como ir a Roma y no comer espaguetis. Calamares, puntillitas, chopitos, salmonetes, cazón, chanquetes... No hay nada mejor que tomar una tapita de fritura con una cerveza bien fresquita a la orilla del mar Mediterráneo que nos vio nacer como civilización.
Una cuestión a parte es el limón: echarle o no un chorreón de limón al pescaíto frito ha provocado más peleas entre amigos que decidir qué película vamos a ver al cine.
En Málaga son legión los bares, restaurantes y chiringuitos en los que sirven la fritura malagueña, pero si tenemos que citar algunos podemos señalar el Restaurante Los Remos Lázaro y los muy tradicionales Los Mellizos Málaga que este año han cumplido su 40 aniversario.
En Torremolinos también hay numerosos locales, por no decir todos, donde preparan esta tapa especialmente bien: la localidad es famosa por ello.
Los boquerones en vinagre son el sushi español y una de las tapas que más disfrutan los boquerones -gentilicio oficioso de los malagueños-, sobre todo cuando llega el calor del verano. Marinados en una mezcla de AOVE y vinagre, se sazonan con ajo y perejil y se dejan flotando en la salmuera resultante para que adquieran todo el sabor posible. Incomprensiblemente, existen personas a las que no les gusta esta ambrosía, pero, aunque es una pena, no importa: a más tocamos los demás.
Para disfrutar de una buena tapa de boquerones en vinagre podemos acercarnos al Restaurante La Reserva del Olivo o al Bar La Bodega de Torremolinos.
Otra forma de tomar en una tapa los boquerones es abiertos, rebozados y con un buen chorreón de limón. Son los famosos boquerones victorianos que en el municipio de Rincón de la Victoria reciben cada año su propio homenaje en forma de Fiesta del Boquerón. El boquerón victoriano hace referencia al tipo de boquerón que se pesca en las aguas de Málaga, pero de un tiempo a esta parte los boquerones rebozados se definen de este modo.
Uno de los sitios más típicos para degustarlos es el famoso chiringuito El Tintero en El Palo, donde sus camareros cantan sus virtudes, y en la Marisquería Jacinto.
Aunque no pinte nada con los calores del verano, más allá de nuestra tez, el caldito de pintarroja es una de esas recetas que se pueden servir de tapa en una pequeña tacita y que acompaña muy bien a otros platos de pescado. El caldito o caldillo de pintarroja es una sopa picante, típica de Málaga ya que la pintarroja es un pequeño escualo que se reproduce en la bahía malagueña. Este caldo es muy sabroso y los más cobardes suelen echar un chorreón de limón para contrarrestar su picor.
Para disfrutar de un caldito de pintarroja lo mejor es esperar a que llegue el invierno y después pasar por el Restaurante Tita Ché (calle Francisco de Cossío, 12, Málaga) o la Bodega Guerola de Torremolinos.
A la concha fina también se la conoce como almeja de Málaga, por ser donde más se consume este bivalvo. Con un excelente sabor salino que llena la boca cuando se come cruda, únicamente tocada con una pizca de pimienta y un buen chorreón de limón, es sin duda el molusco estrella de la costa malagueña. La concha de este molusco no tiene apenas rugosidades, de ahí su original nombre, y su cuerpo es carnoso, rojo y blanco, siendo el secreto de su sabor la frescura de su carne. ¿Cómo sabemos si una concha fina está fresca? Pues tan fácil y tan cruel como comprobar si está viva: si cuando le echamos el limón, la lengua del molusco se mueve, adelante, todo correcto. De hecho, la concha fina -tápense los ojos los veganos- se ha de consumir viva.
Como no todo el mundo está dispuesto a comerlas coleando, hay locales que las preparan de otros modos, como al pil pil, por ejemplo.
Restaurantes perfectos para tomar esta tapa son la Marisquería Málaga Doramar y en la cada vez más saturada Antigua Casa de Guardia, donde además podremos tomar un vermú excelente que nos abrirá el apetito.
La almendra es el principal fruto seco que se cultiva en la provincia de Málaga. Por tanto, no es de extrañar que las albóndigas con salsa de almendras sea una de las tapas malagueñas por excelencia. En esta tapa se combinan dos elementos fantásticos: la albóndiga propiamente dicha, maravilla culinaria cuyo éxito reside en su simpleza; y la salsa de almendras, en la que mojar pan es una obligación moral.
En la tradicional Taberna Lo Güeno de Strachan podemos tomar una -o cuantas queramos- tapa de albóndigas en salsa.
Otra receta clásica de los bares malagueños es el magro con tomate, cuyas porciones pequeñas son perfectas para servir en una tapa con un trocito de pan para mojar. Lo importante de este plato es que la carne esté tierna como el agua. Y ya si acompañamos esta tapa con unas patatas fritas puede que el día se nos arregle o sea aún mejor.
Un buen sitio para tomarnos una tapita de magro con tomate es el bar Central Malagueta
Quien no se haya quemado la lengua alguna vez con un pil pil no ha tenido vida. Si es así, en Málaga tendremos la oportunidad de achicharrarnos el paladar con una tapa de gambas al pil pil (y habrá merecido la pena). Este es un plato exportado del norte de España, pero en Málaga adquiere otra dimensión gracias a la cercanía del mar y porque los malagueños suelen aderezarlas con pimentón dulce o picante.
La Marisquería Ababor es un buen sitio para tomar este plato, y también en los restaurantes Confusión, con sendos locales en Las Lagunas de Mijas y en Fuengirola, en pleno paseo marítimo de la localidad.
Como el plato ratatouille que le sirven al crítico culinario de la película homónima o la famosa magdalena de Proust, pocas cosas nos pueden traer tantos buenos recuerdos del pasado como unas croquetas de puchero. Es comernos una y salir transportados a la cocina de nuestra infancia en la que nuestras abuelas preparaban estas croquetas con los restos de la carne del puchero. Poco más que decir a favor de esta tapa que no debería faltar nunca en nuestras salidas por Málaga.
En el Restaurante Candamil hacen este tipo de croquetas de puchero, de igual modo que en el mijeño restaurante bar El Niño (calle Campos, 26, Mijas), donde también podremos degustar todo tipo de platos en la Ruta de la Tapa Chichilarga que celebran cada año durante los meses de julio y agosto.
Los pimientos del piquillo rellenos también se han abierto paso en los mostradores de tapas de los bares malagueños. Rellenos de marisco, de pescados como el bacalao o de carne picada, estos pimientos, auténticas ruletas rusas del pique, constituyen una tapa ideal y contundente con la que acompañar otros platos y regar con una cerveza fresquita, un tinto con limón o un buen vino.
En el restaurante El Cobertizo nos ofrecen pimientos del piquillo rellenos que son toda una delicia.
Para finalizar, reseñamos una tapa con garbo: el lomo de orza. Por lo general, en manteca, el lomo de orza normalmente se sirve en una gran porción rodeada de un par de huevos fritos, patatas, pimientos y chorizos, todo muy discreto y comedido, pero también algunos locales la sirven más modestamente como tapa. Ideal para arropar los riñones, el lomo de orza en manteca viene genial para las temporadas más frías.
En La Cervezoteca nos pondrán sobre la barra esta tapa. También La Butibamba, de nombre fonéticamente africano, y cualquier venta de los montes de Málaga, son sitios donde poder engullir trozos de lomo de orza tan grandes que harán que nuestro cardiólogo se lleve las manos a la cabeza.