La decisión de Juan Cassá de dejarse querer por el Partido Popular y volver a asumir las responsabilidades de portavoz del cogobierno en la Diputación provincial de Málaga tiene un componente económico de indiscutible valor. Aceptando la responsabilidad asignada por los populares, el ya diputado no adscrito se garantiza un salario anual bruto de 71.982,96 euros, lejos de los 65.500 euros brutos anuales que le hubiesen correspondido de haberse mantenido como diputado con dedicación exclusiva pero alejado de la esfera de gobierno.
Unos emolumentos a los que, en su papel de concejal de Málaga capital, puede sumar al menos 1.000 euros mensuales (correspondientes a 250 euros por cada una de las cuatro comisiones informativas a las que pertenece) y otros 500 euros por los plenos ordinarios a los que asista. Cabe recordar que al poco de formalizarse su pase al grupo municipal no adscrito solicitó formalmente estar presente en todas las comisiones municipales.
En un mes normal, al menos serían 1.500 euros brutos, cuantía que podría crecer si hay alguna sesión extraordinaria, que se tasa en otros 250 euros. Con todo, la cuenta de resultado de Cassá puede alcanzar los 89.982 euros. Para tomar una correcta dimensión de la cifra, sirva de referencia que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, poco menos de 80.000 euros.
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