Cambio de sentido

'Lost in translation'

No conseguimos entender el "planeta americano". Michael Wolff nos cabe en la cabeza tan poco como Trump

Así, en inglés, dejaron el título de aquella película lacia de Sofia Coppola, quizá para ver si nos perdíamos más todavía en la traducción. He pensado muchas veces en ello, en lost in translation, es decir, en la pérdida de sentido que se produce cuando se traducen expresiones de un idioma a otro; en -dando un paso más allá- la imposibilidad de traducir lo intraducible; en -otro más- el esfuerzo por trasladar todo un mundo a través de las palabras y los gestos; en la aventura de entender y darnos a entender. "¡Qué raro habla esta gente el español!", pensaba por las calles de El Alto, en Bolivia. Después ya me explicaron que, para los aimaras, el futuro está detrás (por eso no se ve) y el presente y el pasado por delante, pues ya se ha visto o aún se ve, de ahí aquella extraña sintaxis. En Argel, un juya (¿podría traducirse como cani?), ataviado con una chaqueta de manga corta, se extraña al verme a mí con gorra. ¿Entiende el chino que vende rojigualdas lo que está pasando en Cataluña? "Imagina que quieres escribir -dice Adrienne Rich-/ sobre una mujer que entreteje/ el pelo de otra mujer […]./ Mejor sería que supieras el grosor/ la largura el modelo/ por qué decide trenzarse el pelo/ cómo se lo hacen/ en qué país sucede/ qué más sucede en ese país/ Tienes que saber estas cosas".

No consigo entender al "planeta americano", como lo llama Vicente Verdú. Recurro a su cine y sus letras, y a las nuestras. Releo a Lorca: "Los americanos son cordiales, llanos, abiertos como niños. Tienen ingenuidad increíble y son serviciales en extremo. […] Es aquí donde yo he tenido una idea clara de lo que es una muchedumbre luchando por el dinero". Michael Wolff nos cabe en la cabeza tan poco como Donald Trump. No sabemos qué esperar del "apagón burocrático". Alucinamos con los prejuicios raciales y xenófobos de un país fundado sobre fragmentos de mundo. ¡Y qué fácil es mentar al pospuritanismo gringo para ridiculizar a todas las mujeres hartas de mamoneos! En la mesa de al lado, una estadounidense, impactada ante aspecto de los camarones, trata de extraerlos de una tortillita. Nos miramos. Ambas nos sentimos lost in translation. Seguiremos intentándolo.

No hace falta ir lejos para sentirnos desconocidos y desconocedoras y, tras ello, desear conocernos. Hace ahora exactamente dos años que ustedes y yo, a través de esta esquina del periódico, conversamos, matizamos, nos perdemos juntos, nos encontramos. Tratamos de entendernos. Feliz aniversario.

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