La selección española de voleibol quemará este fin de semana el último cartucho que le queda para lograr un billete con destino directo a los Juegos Olímpicos de Pekín. En esta cita con la historia estarán, una vez más, los hermanos malagueños Guillermo y Miguel Ángel Falasca, en quienes el seleccionador, Marcelo Méndez, ha vuelto ha confiar. En esta ocasión es para disputar el Preolímpico Mundial de Dusseldorf (Alemania), donde los españoles se enfrentarán a Cuba, China Taipei y al combinado germano.

"El equipo está muy bien, estamos jugando a un gran nivel y creo que tenemos muchas posibilidades", afirmaba ayer convencido Guillermo Falasca acerca del papel que España puede hacer en la citada competición.

El opuesto malagueño es consciente de las oportunidades que han dejado pasar hasta el momento, aunque aseguraba que han luchado por intentar hacerse con el billete pero lo han tenido difícil. "La Copa del Mundo era muy complicada por el tipo de competición, la tensión acumulada de todos los días y que, la regularidad que hay en ese tipo de competiciones, no es nuestro mayor fuerte. En el Preolímpico Europeo perdimos la final 3-2. Es un resultado muy ajustado y eso demuestra que estuvimos cerca", decía Guillermo Falasca, quien auguraba: "Esta es la última oportunidad que tenemos y la vamos a aprovechar. A la tercera va la vencida y esta vez va a ser así".

Las condiciones con las que el opuesto malagueño hará frente a la competición de Alemania no pueden ser mejores: "A nivel personal me encuentro con muchas fuerzas y en plena forma, así que voy confiado".

Aunque estar en los Juegos "es una cosa muy bonita para nosotros y muy importante", el equipo no lo comenta: "De momento, hablamos de intentar clasificarnos en Alemania. Después hablaremos del Mundial y, luego, de Pekín". Un calendario que hará a los españoles llegar exhaustos a China: "No nos preocupa estar cansados, porque todos estarán igual".