Tensión en la cárcel de Archidona: un preso en aislamiento llena su celda de agua y jabón y golpea a los funcionarios que se resbalaron
El recluso lanzó una botella de litro y medio a los trabajadores, que rebotaron contra la pared por el líquido y, al caer al suelo, recibieron varios puñetazos
Uno de ellos acabó con una herida sangrante en el labio pese a haber actuado con un casco de protección
Un preso de Archidona en aislamiento le lanza una radio a la cara a un funcionario y le aplican sujeción mecánica: "Es un peligro potencial"
Tres agresiones recientes en cárceles malagueñas: Los sindicatos denuncian las situaciones a las que están expuestos
Tensión la que se ha vivido este jueves en la cárcel de Archidona como consecuencia de dos nuevos episodios violentos. En el último caso, ocurrido esta tarde, un preso llenó, supuestamente, su celda de agua y jabón con la pretensión de que los funcionarios, al entrar, sufrieran un accidente. Los trabajadores fueron recibidos con un botellazo. Tras provocar que se resbalaran, el reo les propinó varios puñetazos. Uno de ellos sufrió una herida en el labio pese a llevar casco de protección.
Hacia las 20:00, un interno ingresado en el módulo de aislamiento del centro penitenciario de Málaga II, en Archidona, comenzaba a golpear con patadas la puerta de su celda. La agresividad que empleaba fue tal que acabó descolgando la trampilla, según han informado desde el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM). Varios funcionarios acudieron para recriminarle. Nada más abrir la puerta, el reo lanzó contra ellos una botella de litro y medio que contenía un líquido oscuro, posiblemente café o Coca-Cola. Los trabajadores se resbalaron por el estado en el que estaba el suelo y fue entonces cuando el recluso aprovechó para golpearlos. Les propinó varios puñetazos. Uno de los funcionarios, al que un golpe en la cara le hundió la visera del casco, resultó herido y tuvo que acudir a un hospital.
Los trabajadores acabaron "rebotando contra la pared y el suelo", hasta que consiguieron arrinconar al preso, clasificado en primer grado, que se aplica habitualmente por “peligrosidad extrema” o de “manifiesta inadaptación a los regímenes” ordinario o abierto. Su agresividad le obliga a que cada mes le tengan que ser administrados inyectables para controlar su irascibilidad. Tras lo sucedido, hubo que aplicarle sujeción mecánica a través de correas homologadas en calma.
El recluso que ha protagonizado los hechos cuenta con un amplio historial delictivo. Le constan varias causas judiciales, una de ellas por grave atentado a agente de la autoridad, por lo que fue condenado a cuatro años y medio de prisión. "Seguimos sin ser agentes de la autoridad, ni profesión de riesgo, pese a lo difícil que lo tenemos", denuncia la organización sindical.
Violencia en Archidona: agresión a cuatro funcionarios
Unas horas antes, en torno a la una de la tarde, la prisión de Archidona, según Tu Abandono Me Puede Matar, había sido escenario de otra agresión a cuatro funcionarios que hacían esa guardia. Un interno, también con numerosos antecedentes penales y en el módulo de aislamiento, hirió a los trabajadores tras acabar el tiempo de permiso en el patio. El recluso, presuntamente, se abalanzó a uno de ellos y, después a otros tres que acudieron en apoyo para ayudar a su compañero. Mientras lo reducían, el preso continuó lanzando patadas y puñetazos para, a renglón seguido, insultar y amenazar a los efectivos.
Un preso le lanza una radio a la cara a un funcionario: "Es un peligro potencial"
Es el tercer episodio violento registrado en la prisión de Archidona en los últimos 15 días. El caso anterior estuvo protagonizado, presuntamente, por un preso que permanece en el módulo de aislamiento por haber intentado agredir ya hace unas semanas a uno de los funcionarios que le obligó a ducharse tras negarse al aseo. Esta vez, según denunció el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar, el recluso ha lanzado una radio a la cara a un trabajador. Para entrar a reducirlo, los profesionales tuvieron que actuar ataviados con trajes antitrauma, cascos y un escudo.
La agresión ocurrió durante la hora del desayuno, que en el caso de los reos que están cumpliendo una medida disciplinaria se reparte en la propia celda, de la que no pueden salir. Fue ahí donde, al parecer, se desencadenaron los hechos.
El interno se mantenía debajo de una manta sin hacer caso a las indicaciones del funcionario. Tras varios intentos infructuosos, en un momento dado, el individuo se incorporó rápidamente y le acabó arrojando un aparato, un transistor, de tipo petaca, como los clásicos Walkman, "dándole cerca del ojo", según la organización sindical. Ante su actitud, los profesionales entraron a aislarlo equipados con trajes de protección.
En ese momento, según el relato de los hechos, el preso comenzó a lanzar patadas y puñetazos y llegó a dar dos cabezazos a uno de los trabajadores que llevaba el escudo para cubrirse. Los responsables decidieron entonces aplicarle la sujeción mecánica a través de las correas homologadas en la cama de sujeción correspondiente. Una medida que se usa, siguiendo el protocolo, en situaciones de agresividad o violencia.
Temen por su integridad física
Lejos de corregir su comportamiento, escupió, supuestamente, a los funcionarios que intervenían. "Su actitud con nosotros no cesa. Es de reto continuo y caso omiso. Así no se puede trabajar", advierte Manuel Galisteo, presidente de la asociación de trabajadores penitenciarios, que remarca que este recluso no es sino "un peligro potencial" para su "integridad física", por la que temen. Al respecto, denuncia que la dirección del centro está "actuando con poca contundencia" con este reo, al que, remacha, deberían trasladar a otra prisión "debido a los múltiples incidentes protagonizados en Archidona".
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