Tribuna de opinión

El narcotráfico en Marbella hay que pararlo ya

Arco de entrada a Marbella. Arco de entrada a Marbella.

Arco de entrada a Marbella.

Escrito por

Tomás Vera | Presidente de Fundación Ciudad, experto en gestión

Estamos a un paso de protagonizar un nuevo episodio de Crónica de una muerte anunciada, porque ¿cuánto tiempo va a resistir Marbella este ritmo de prácticamente un tiroteo semanal al que venimos asistiendo en los últimos dos meses? ¿Cómo nos va a afectar un titular en la prensa británica, francesa o alemana o las llamadas de alerta que se van produciendo en la prensa local a diario? Cómo vamos a contar que lo que empieza a percibirse en series de televisión en plataformas mundiales no es cierto, si la realidad empieza a confirmarlo semanalmente.

Ahora, dentro de las múltiples prioridades que tiene nuestra ciudad, la primera es evitar ese paso, esto no va a dejar de ocurrir cerrando los ojos a la realidad, es falso eso de que no hay que hablar del asunto porque afecta a la imagen de Marbella, porque ya hablan las pistolas y está ocurriendo frente a la desidia de muchos.

Llevamos meses de un silencio más atronador que los disparos, sin iniciativas y ahora asistimos atónitos a rifirrafes políticos, la alcaldesa haciendo declaraciones por primera vez en demasiado tiempo que se pueden calificar de broma de mal gusto, la oposición haciendo chascarrillos que no construyen nada.

No, no es tiempo de politiqueo, es tiempo de altura de miras, de unidad absoluta de todos los grupos políticos, de posicionamiento claro, de manifiestos compartidos, de dejar claro que vamos a hacer muy incómodo para los delincuentes vivir y actuar en Marbella, básicamente porque estamos todos a una. Los que quieran sacar rédito político de una situación lamentable de nuestra ciudad sobran.

Responsabilidad compartida

Es hora de responsabilidad compartida, porque es responsabilidad de todos haber llegado a esta situación, y no, no es verdad que esto ocurra en muchos sitios, está ocurriendo en Marbella y nos afecta y nos implica a todos, Administración local, Administración nacional y sociedad civil organizada de la ciudad.

Hemos llegado a esta situación, cerca de cien grupos mafiosos de narcotraficantes operando en Marbella por muchos factores, está claro que el Gobierno nacional no ha cuidado Marbella, por alguna razón que no alcanzo a comprender Marbella es una ciudad fácilmente ninguneable, no hemos tenido suficientes efectivos y material policial para evitar que este fenómeno crezca, como algo tan evidente como no tener tren en una ciudad como Marbella debería ser una asignatura aprobada hace varios decenios, pero de una forma u otra es fácil hacer escarnio con Marbella.

No es tiempo de politiqueo, es tiempo de altura de miras, de unidad absoluta de todos los grupos políticos

Pero, por otro lado, estamos construyendo una ciudad demasiado cómoda, demasiado cercana, con demasiada libertad para los que vienen a hacer el mal y eso es responsabilidad local. Del modelo turístico que estamos construyendo en el que progresivamente vamos alejando el tradicional turismo de calidad de Marbella, para atraer a este tipo de gentuza.

Porque, sí tenemos herramientas para hacerles sentir que no son bienvenidos, que la ciudad es muy hostil a ellos, que no los queremos y que se tienen que ir de Marbella, porque sí se pueden inspeccionar de manera continua locales y negocios donde se trafique, porque sí se puede perseguir el consumo en esos lugares, porque sí se pueden cerrar espacios y locales, porque sí se puede aumentar la seguridad preventiva que evite ciertas concentraciones de ciertos tipos de lugares de ocio y sí podemos atraer otro tipo de visitantes con otro tipo de posicionamiento de ciudad.

Está claro que Marbella se tiene que alejar de esta dinámica haciéndole frente, con lealtad ente las administraciones, porque el interés común está por encima del enfrentamiento político, posiblemente el mejor inicio sea la firma de un manifiesto común y único firmado sin matices por todos los grupos políticos de la ciudad que deje claro que frente al delito y el narcotráfico estamos todos unidos sin fisuras.

Y lógicamente de las musas hay que pasar al teatro, dejando actuar a los magníficos Cuerpos de seguridad del Estado y a los jueces. Actuando desde lo local, molestando, atosigando, persiguiendo, haciendo de Marbella una ciudad muy incómoda para los delincuentes, trabajando un modelo de ciudad mejor, más atractiva y amable para el turismo de calidad cultural, deportivo, gastronómico. Hay mil razones e implicados en este devenir, pero solo un objetivo, salir de él juntos y en unidad. ¡Se trata de Marbella!

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