Demasiado ensimismados

La creación del PTA es la única decisión estratégica para la económica de Málaga que se ha tomado en 25 años

Málaga ha liderado este mes el aumento del paro en España. Más de 4.500 desempleados en solo 30 días. O, lo que es lo mismo, una cola media de 152 personas cada 24 horas para apuntarse a los oficinas del SAE y percibir las ayudas. Nada nuevo bajo las luces de cada Navidad. Esta vez la temporada alta turística se ha alargado algunas fechas más, pero muchos establecimientos hibernan por esta época hasta la llegada de Semana Santa y otros liquidan contratos temporales y extinguen la relación con sus fijos-discontinuos para dejar las plantillas a la mínima expresión durante el invierno.

En la provincia no tenemos suficientes olivos para compensar con la recogida de aceitunas y el pujante sector de la construcción crece de forma sostenida, pero no equilibra la sangría que por estas fechas se produce en los servicios. La fragilidad del empleo en la Costa del Sol es crónica y por eso causan tantos destrozos en las colocaciones los ciclos de las crisis económicas. Sólo hay que mirar el listado de municipios. Marbella y Torremolinos son los que más han sufrido la caída del empleo en noviembre y le siguen casi todas las ciudades costeras, incluida la capital.

Hace unas semanas, los expertos del Plan Estratégico de Málaga teorizaban sobre la necesidad de acometer un programa de industrialización "acordado con las administraciones". La construcción sostenible, el campo de las energías renovables, las telecomunicaciones, el sector aeroportuario y el agroalimentario, proponían. Además de incapacidad manifiesta de los responsables políticos que nos rigen, que no albergo dudas, el tintineo de estos cascabeles se escuchan desde hace años. El sonido se agota en los enunciados de los discursos. Siempre podrán alegar que los datos son mejores que los que reflejaban las estadísticas hace un año.

Recordaba Francisco de la Torre hace unos días con motivo del 25 aniversario del PTA (ayer fue la efemérides), que también llegamos tarde a la cita con los parques tecnológicos. El de Zamudio, en Vizcaya, se impulsó en 1985. Pero, que recuerde, es la única decisión estratégica para la economía de la provincia en el último cuarto de siglo. Y, antes, también el Ayuntamiento de Málaga dio un gran paso con el centro de transportes de mercancías.

Hay motivos para el optimismo. Marbella debe levantar cabeza. Antequera aguarda a que se inicien las obras del puerto seco. En Alhaurín de la Torre esperan que se levante el veto a la ciudad aeroportuaria. El mismo plan general de Málaga de 2011 prevé importantes transformaciones para lanzar nuevos espacios industriales. Pero nadie tiene prisa. Demasiado ensimismados con tanta luz de artificio.

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