Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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¿Fascistas?

El fascismo fue un movimiento político y una ideología de entreguerras. ¿Sigue vivo?

Ha muerto el fascismo? Estuvo operativo entre las dos guerras mundiales. Sin embargo, hoy todo el mundo llama fascista a todo el mundo. En la Transición no había dudas, el término fascista lo empleaban los vencidos en la Guerra Civil para insultar y definir a los vencedores y beneficiarios de la contienda. Pero hoy la cosa no está tan clara; los del Partido Popular pueden llamar fascistas a los de la CUP y viceversa. Pasa lo mismo con la expresión golpe de Estado, que lo mismo la usan los constitucionalistas, para referirse a los independentistas, que estos para referirse a aquellos. Insultos transversales que aclaran poco. Las ideologías y movimientos políticos que ensombrecieron el siglo XX parecen haberse diluido. Tan nítidos entonces; tan imprecisos ahora. Porque el poder ya no está -si es que lo ha estado alguna vez- en manos de los políticos o de los militares, sino de entes deletéreos y desubicados que trabajan sorda y eficazmente para el capitalismo financiero, de la mano de la tecnología más avanzada. Al caer las ideologías, lo único que se juega en el terreno de lo público es la obtención del poder para, una vez conseguido, ponerse al servicio del gran señor: el dinero y sus intermediarios. El capital deja que las masas transversales se entretengan con elecciones y otras actuaciones, siempre que no pongan en peligro sus ganancias. El caso catalán es sintomático. Han podido jugar unos y otros, siempre con el propósito de enmascarar el latrocinio, el robo sistemático de los dineros públicos, a enfrentar nacionalismos. El capital sabe que a los capataces hay que pagarles comisión, eres o mordidas, y le da igual el color o las propuestas políticas que defiendan. A los manijeros insensatos no les preocupa sacar a la calle a millones de personas para respaldar sus operaciones de enmascaramiento del saqueo, para dejarlas luego desesperadas, humilladas, sin soluciones ni salidas. "Lo que hacíamos era un experimento", declaran. "Todos sabíamos que la vía unilateral no era posible", afirman los cínicos. A los del 155, les ha venido de perlas para disimular sus líos penales. ¿Fascismo? Quizá, si nos atenemos a la definición que de fascismo dio, en 1961, el XXII Congreso del P.C.U.S: "El fascismo es la dictadura terrorista abierta de los elementos reaccionarios, chovinistas e imperialistas del capital financiero". Sí, a lo peor, la serpiente incuba de nuevo sus huevos.

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